HASTA CUALQUIER DIA
En el camino de la vida hay días tristes y no hay mayor desesperanza que la pérdida de un ser querido, de hecho sobran las palabras, todas las justificaciones que queramos hallar dejan de tener sentido. Estaba de fin de semana cuando me dieron la noticia de la muerte repentina de un amigo, me quede frío, hacia muy poco tiempo que habíamos hablado de muchas cosas, éramos compañeros desde hacia muchos años incluso la disparidad de conceptos no había conseguido que muchas y acaloradas discusiones hicieran mella en nuestra amistad. Era un hombre feliz, había heredado como tantos otros un pequeño negocio familiar y lo había reconvertido en una empresa rentable, siempre decía “intento vivir lo mejor que puedo” y siempre, siempre tenía una sonrisa para todos, solo se ponía “serio” cuando hablaba de asuntos profesionales y lo cierto es que era todo un maestro en su materia.
Miguel, ha iniciado un viaje quizás a ninguna parte pero donde se cierto que van a parar todos aquellos seres buenos, humildes, sencillos, honrados y que siempre tienen una sonrisa para sus allegados, ante la perdida de hombres y mujeres que han compartido parte de nuestra existencia solo nos cabe darles las gracias por enseñarnos que la felicidad no es una estación de llegada sino un modo de viajar y una forma de entender la vida, darles las gracias por su eterna sonrisa que con su partida nos queda dormida en el recuerdo y que se mantiene viva porque nunca podemos olvidarla, en lo que a mí respecta agradecer todas y cada una de esas cuestiones de debate en que aun sabiendo que tenia razón no se la daba para que siguiera “enrabiado”, ese era el juego que manteníamos muy a menudo.
La partida de un ser querido deja ese pedacito de soledad y esa herida a la que cuesta tanto y tanto cicatrizar, sin embargo la tristeza y la soledad pasan a un segundo plano cuando sabemos que han sido felices, que han cumplido con todas y cada una de sus vocaciones y que han sabido vivir intensamente las cosas.
Aunque sabemos que la muerte esta a la vuelta de la esquina, vivimos intentando ignorar que existe, nos escudamos en esa ignorancia, sabedores que va y viene con paso firme, inquebrantable y letal, es difícil despertar por la mañana y saber que ese ser al que queremos, al que amamos, el que representa tanto, se ha ido para no regresar, quizás lo triste o lo mejor de la pena es que también cicatriza, después solo nos resta mantener en vida a los seres perdidos teniéndolos en el ese rinconcito de nuestro corazones.
No se, querido amigo, seguro que moraras en el silencio, recordándonos que la vida es una noche infinita donde olvidamos que el día solo es un punto de luz, que estamos aquí para caminar hasta nuestro ineludible destino. Hay momentos en que cuando subo a la montaña o navego , intento escuchar el sonido del viento, busco una sonrisa en el cielo o una caricia en esas gotas que desprenden las olas y que enturbian la soledad del navegante, hay demasiadas ocasiones en que creo divisar los ojos verdes de mi madre entre las estrellas que iluminan la oscuridad de la noche.
Hoy pasare por tu tienda y se que no estarás en el portal, se que no hallare respuesta cuando te diga: “que sinvergüenzas los tuyos…” pero se que donde estés, sea el cielo o en una dimensión eterna, sonreirás y en correspondencia me iré con una sonrisa y tu recuerdo, descansa en paz mi buen amigo y mora junto a las estrellas de la noche, en lo alto de las montañas y en ese mar que tanto amabas, y sobre todo no la líes, cuando llegue, ya tendremos la eternidad para soportarnos de nuevo, un abrazo.