MEMORIA HISTORICA

Aunque pasen los años, como siempre los españolitos y españolitas parece ser que estamos condenados al enfrentamiento en una u otra forma, fomentando cada cierto tiempo, rivalidades de cualquier índole, un ejemplo reciente es que a pesar del tiempo transcurrido y de la proclamación de nuestra Constitución, ni tan siquiera nos podemos poner de acuerdo en cuanto a la Memoria Historia que preconiza nuestro Sr. Rodríguez. En la guerra suele haber un vencedor y este, se apropia de la razón y la verdad, convirtiendo al derrotado en protagonista de todos los males y el hecho causante de la contienda, por ello, en ningún caso se le hace merecedor de honores.
Hace ya mucho, demasiado tiempo, que a los caídos en combate y víctimas del bando republicano no se les ha permitido regresar del olvido y rehabilitarlos en la memoria de todos, y por ello se hace necesaria una urgente medida para que ello se lleve a cabo. Lo que me indigna es que salga el oportunista de siempre, para intentar sacar tajada política del asunto o de aquellos que aprovechan tal situación para iniciar de nuevo un enfrentamiento entre unos y otros que, solo sirve para dar a conocer la triste realidad de un pueblo que parece predestinado a no perdonar.
Ni unos eran los buenos, ni los otros eran los malos, la guerra civil es uno de los peores sucesos, por cuanto genera victimas del odio y de la venganza y la muerte de miles de soldados, que se vieron de la noche a la mañana luchando en un bando o en otro por el mero hecho de hallarse residiendo precisamente en una o en la otra parte.
La locura se desato en ambos lados, siempre hay sinvergüenzas y oportunistas que se aprovechan de la desgracia ajena o del “poder” que se les otorga, víctimas las hubo en ambas partes y ni unos fueron mejores o peores que los otros, y partir de tal premisa, todas ellas poseen el mismo derecho a ser reconocidas, unas quizás con mayor énfasis que las otras, por haber sido intencionadamente “olvidadas”.
No hagamos de la Memoria Histórica un motivo de nuevo enfrentamiento, no consintamos que con la memoria de nuestros antepasados se obtenga un beneficio político, levantemos monolitos y placas con el nombre grabado de todos ellos y homenajeemos a todos por igual, porque fueron muchos los que murieron por una España mejor a tenor de su ideología, y demasiados lo que fueron a parar a la cuneta victimas del fanatismo, la venganza y el odio.
Intentemos que la paz una las almas que la guerra separo, y demos a todos el descanso y el respeto que todos sin distinción se merecen.