ESTUPIDA SOBERBIA

He tenido innumerables ocasiones de verificar que existe el mismo porcentaje de estúpidos/as entre las muy diferentes “clases” existentes, de hecho, siempre he estado convencido del peligro que representan aquellos que aumentan su capacidad de incordiar y de estupidez a medida que ascienden en el escalafón de los mandamases, siendo en muchos casos superior su imbecilidad al cargo que ocupan. Tuve ocasión (por imperativo protocolario) de compartir mesa y soportar la “compañía” de dos verdaderos gilipollas que se dedicaron a disertar sobre la diferencia de clases, ambos, portaban linajes de alta alcurnia y por ello, pertenecientes a familias de la nobleza que de una u otra forma han seguido manteniendo su “status”. El primer argumento fue la critica a los “nuevos ricos” a aquellos que están en el circulo “VIP” porque han podido casar (gracias a la dote) a sus hijas de clase llana con alguno/a de los privilegiados/as, ya se sabe que “poderoso es don dinero”, luego los burgueses de siempre, esos del escalafón inmediato inferior porque llevan muchos años siéndolo, por supuesto los detestables, aquellos políticos (en gran número) que ostentan cargos, sin ser nadie, sin apellidos, sin historia... pero que con toda la geta desvergüenza y votos, se han encaramado al circulo, hecha la exposición, se dedicaron un tiempo a indicar quienes era los y las don nadie que por matrimonio, cargo o brujerías varias se habían introducido en el ambiente, comentarios del tono de: “es un abogaducho hijo de tendero, era frutero, ¿aquel? un medicucho de pueblo etc. etc. etc. claro esta, que de entre todos se distinguían los privilegiados por su porte, su distinción y su esmerada educación (que por cierto ante sus comentarios brillo por su ausencia).

Me vino a la memoria la teoría del periodista Aprile, expuesta en su libro “Elogio al imbecil” donde sostiene que los inteligentes han construido el mundo, pero quienes triunfan en el son los ìmbeciles, indicando que existe esa vanidad ligada a la condición humana por la que cada uno/a se siente más especial que el resto de sus congéneres, estando en un lado los privilegiados como esos dos y los que pululan por todas partes de muy diferente condición.
No voy a comentar la teoría de la lucha de clases, ni elogiar la forma en que se llevaron por delante a los privilegiados los gabachos y los bolcheviques, pero hay ocasiones en que puedo entender (aunque no compartir) el proceder ante tales seres, encumbrados en la cúspide de la gilipollez.
Aguante como pude y me despedí sin dar la mano, indicando que aunque bellaco, me había encantado compartir mesa con tan insignes personajes, no por el hecho de compartir, sino porque gracias a la evolución y a las revoluciones los tiempos han cambiado, me di el gozo de verlos a ellos sufriendo por estar ahí entre tantos seres inmundos, con la única arma de la critica y el odio de clases, es triste constatar que aun siguen habiendo seres que poseen una estupidez a la altura de su linaje y otros muchos que sin linaje, ni tan siquiera pueden ocultar tu imbecilidad detras del cargo.