¿VICTIMAS O VERDUGOS?
Zachary Neagle, decidió un buen día acabar con los abusos sexuales de que era objeto enviando a su progenitor y presunto culpable a mejor vida, en estas fechas se enfrenta a una condena por asesinato ante un tribunal de Idaho, la sociedad estadounidense esta dividida no por el hecho de lo acaecido, sino porque la visión de un niño de 14 años, con uniforme penitenciario y encadenado como si fuera un adulto, no es precisamente el trato que se espera de la justicia para con un menor.
Habrá quien dirá que esas cosas solo pasan en America, con tanta arma y tanto salvaje suelto, pero cerca tenemos el ejemplo de los franceses que van a someter a registro las mochilas y carteras de los alumnos ante la proliferación de armas y continuas muestras de violencia, sin ir mas lejos, el Departamento de Sociología de la Universidad de Salamanca ha llevado a cabo un estudio sobre los hábitos de nuestra juventud cuyos datos son mas que preocupantes: El 23% de los jóvenes entre 14 y 18 años admite haber cometido actos vandálicos, un 38% conducido sin carnet, el 60% bebido alcohol habitualmente los fines de semana, el 28% consumido marihuana o hachis y el 4,4% cocaína, tras las investigaciones se ha llegado a la conclusión de que en diez años se ha duplicado el numero de chicos que exhiben una conducta delictiva y según el Programa Daphne, se ha multiplicado por siete en esta piel de toro las denuncias por agresiones de hijos contra padres, todo un panorama con un futuro desalentador y preocupante.
Considero la protección del menor y la responsabilidad de esta sociedad como ineludible, en síntesis un niño es como un árbol hay que hay que cuidar y vigilar constantemente si se quiere que crezca sano, fuerte y sobre todo recto, tarea difícil hoy por hoy tanto para progenitores, educadores y gobernantes, la ayuda es esencial pero los excesos proteccionistas convierten a esos niños en una manada de dictadores que solo exigen derechos y olvidan sus obligaciones para con esa sociedad que tanto los encumbra a ese halo de “inocencia” hasta que alcanzan la mayoría de edad.
Cualquier adulto esta en clara desventaja y totalmente desposeído de autoridad ante cualquier menor, incluso la dirección educativa mira hacia otro lado y no quiere líos ante el alumno conflictivo, incluso existen clases donde se les agrupa para que hagan lo que les de la real gana, al fin y al cabo no pueden ser imputados penalmente y por supuesto hagan lo que hagan carecen de antecedentes penales a tenor de lo dispuesto en la Ley del Menor, ello provoca que un delincuente habitual desde su mas tierna infancia, se incorpore a cualquier tarea dentro de esa sociedad que tanto le da y de la que tanto se aprovecha con un currículo inmaculado e impoluto.
Estoy a favor de cualquier medida preventiva, de cualquier legislación que proteja al menor, a favor de cualquier iniciativa proteccionista, pero no comulgo con la teoría de que la permisividad sea la solución, debe cambiarse la legislación y sobre todo tener en cuenta que un chico/a de dieciséis años ya no es aquel niño de hace muchos años, es un hecho que han aprendido la lección y como todo buen ser humano han tomado el camino de lo fácil, de lo que esta sociedad les da y les ofrece, la imagen de niños encadenados ante los tribunales no creo la desee casi nadie (que de todo hay) pero de aquí a que se carguen a quien les pase por sus partes y se vayan de rositas, tampoco.
No se trata de culpar a la comunidad educativa, de culpar al gobierno, en el fondo todos compartimos la responsabilidad, lo que ocurre (como siempre) es que nadie quiere asumirla, al fin y al cabo algo habrá que hacer, con el tiempo no nos quedara mas remedio que aplicar el dicho de: “quien siembra vientos recoge tempestades” y al parecer el futuro tal y como están las cosas creara un excedente, y lo triste, es que estoy no tiene remedio...
Habrá quien dirá que esas cosas solo pasan en America, con tanta arma y tanto salvaje suelto, pero cerca tenemos el ejemplo de los franceses que van a someter a registro las mochilas y carteras de los alumnos ante la proliferación de armas y continuas muestras de violencia, sin ir mas lejos, el Departamento de Sociología de la Universidad de Salamanca ha llevado a cabo un estudio sobre los hábitos de nuestra juventud cuyos datos son mas que preocupantes: El 23% de los jóvenes entre 14 y 18 años admite haber cometido actos vandálicos, un 38% conducido sin carnet, el 60% bebido alcohol habitualmente los fines de semana, el 28% consumido marihuana o hachis y el 4,4% cocaína, tras las investigaciones se ha llegado a la conclusión de que en diez años se ha duplicado el numero de chicos que exhiben una conducta delictiva y según el Programa Daphne, se ha multiplicado por siete en esta piel de toro las denuncias por agresiones de hijos contra padres, todo un panorama con un futuro desalentador y preocupante.
Considero la protección del menor y la responsabilidad de esta sociedad como ineludible, en síntesis un niño es como un árbol hay que hay que cuidar y vigilar constantemente si se quiere que crezca sano, fuerte y sobre todo recto, tarea difícil hoy por hoy tanto para progenitores, educadores y gobernantes, la ayuda es esencial pero los excesos proteccionistas convierten a esos niños en una manada de dictadores que solo exigen derechos y olvidan sus obligaciones para con esa sociedad que tanto los encumbra a ese halo de “inocencia” hasta que alcanzan la mayoría de edad.
Cualquier adulto esta en clara desventaja y totalmente desposeído de autoridad ante cualquier menor, incluso la dirección educativa mira hacia otro lado y no quiere líos ante el alumno conflictivo, incluso existen clases donde se les agrupa para que hagan lo que les de la real gana, al fin y al cabo no pueden ser imputados penalmente y por supuesto hagan lo que hagan carecen de antecedentes penales a tenor de lo dispuesto en la Ley del Menor, ello provoca que un delincuente habitual desde su mas tierna infancia, se incorpore a cualquier tarea dentro de esa sociedad que tanto le da y de la que tanto se aprovecha con un currículo inmaculado e impoluto.
Estoy a favor de cualquier medida preventiva, de cualquier legislación que proteja al menor, a favor de cualquier iniciativa proteccionista, pero no comulgo con la teoría de que la permisividad sea la solución, debe cambiarse la legislación y sobre todo tener en cuenta que un chico/a de dieciséis años ya no es aquel niño de hace muchos años, es un hecho que han aprendido la lección y como todo buen ser humano han tomado el camino de lo fácil, de lo que esta sociedad les da y les ofrece, la imagen de niños encadenados ante los tribunales no creo la desee casi nadie (que de todo hay) pero de aquí a que se carguen a quien les pase por sus partes y se vayan de rositas, tampoco.
No se trata de culpar a la comunidad educativa, de culpar al gobierno, en el fondo todos compartimos la responsabilidad, lo que ocurre (como siempre) es que nadie quiere asumirla, al fin y al cabo algo habrá que hacer, con el tiempo no nos quedara mas remedio que aplicar el dicho de: “quien siembra vientos recoge tempestades” y al parecer el futuro tal y como están las cosas creara un excedente, y lo triste, es que estoy no tiene remedio...
5 Comments:
Vivimos en la sociedad del pelotazo, haber quien se lleva el pedazo mas grande con el menor esfuerzo posible, hoy para medrar lo importante en no ser nadie y sobre todo tener una jeta impresionante, con todo lo que ven nuestros jovenes y con todo lo que les damos, ¿que esperamos de ellos?.
Acabo de leer que para el proximo año a los que no terminen ESO porque no les ha pasado por los huevos estudiar, les van a dar una beca de 1.350 euros para que sigan tocandose los cojones, asi nos va y asi les ira a ellos.
Zorro
Más dramático es aquello de:
"Cría cuervos y te sacarán los ojos"
Las aguas siempre vuelven a su cauce, lo que ocurre actualmente es que se ha producido un desfase de diez años, y no acabamos de estar preparados para entenderlo. Así que aquello de que "el que no es comunista a los veinte años es tonto, pero mucho más tonto es aquel que a los cuarenta no ha dejado de serlo", habrá que corregirlo en lo que se refiere a los datos de edad.
Todos hemos sido un poco salvajes, y dejamos de serlo. Ahora dejan de ser salvajes más tarde, y nos cuesta entenderlo. Pero no pasa nada, todo se acaba enderezando o jodiendo de verdad; pero no creo que el porcentaje de jodiendas vaya a ser superior que en nuestra generación. No obstante, el gran conflicto está en que cuando abandonamos la locura de la juventud dejamos estrangulada la parte salvaje de esa época, y eso tampoco es bueno; una parte del animal que llevamos dentro debería poder salir de vez en cuando a dar un paseo nocturno.
Este año mi hijo mayor acaba la carrera de derecho, tiene veintinueve años. No pasa nada. Fue un niño mimado y un joven universitario con vehículo propio y visa. No había prisa para nada. Y ahora me dice: "Papá, me estoy dando cuenta de que la gente dice muchas gilipolleces". "Ya era hora de que te enteraras, hijo". Le contesto.
No pasa nada, el salto generacional está ahí, y a mí, posiblemente, lo que más desagrado me causa es aquello del rasurado púbico de las mujeres. Bueno, eso también es una gilipollez. Aflojar la cuerda de la tensión, relajarse... que no van a desaparecer las iniquidades ni las ignominias, así como tampoco desaparecerá la imposible cordura de Houxley.
Me enteré de que Google está implantado un dispositivo que detecta el nivel de alcohol de quien escribe un mail; y, en caso de que sobrepase de los 20 mg/l, en lugar de enviar el mail cuando se pincha a “enviar”, lo guarda, y cuando detecta que el usuario ya está cuerdo, entonces saca de nuevo el mail (que ha guardado automáticamente) y pregunta si realmente desea enviarlo. A mí me convendría que Javier San Bernat instalara ese dispositivo en su Blog, porque la verdad es que pienso que últimamente digo muchas tonterías.
Hablando de tonterías, el otro día fui a comer un pa amb oli con una amiga que habla mucho. Al final, acabé recitándole unos preciosos versos de Neruda:
“Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.”
Y ella me preguntó: “¿Pedro, tú dices eso por algo?”
“No, por nada”. Respondí.
El humor no esta reñido con la sensatez, de hecho citar a Neruda para evitar la berborrea no es una tonteria, constituye una orginal manera de compensar el tedio ni estimado Pedro, no voy a instalar el dispositivo,
Me gustas cuando hablas
porque estas presente
hay ocasiones en que tus letras
carecen del pesimismo que predicas
y tus frases
llevan la sonrisa a la boca.
Toma yaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Gracias, amigo. Esta mañana estoy cuerdo, dentro de lo que cabe, claro. Y me he dado cuenta de que ayer publiqué unas letras dedicadas a la señora Leire Pajín, y he visto que no me arrepiento.
Un abrazo.
Gran post el que has escrito (como todos), este me atañe mucho como madre y el miedo que tengo de serlo, por que no se que me espera en un futuro muy próximo, por mucho que me esfuerce en que el arbolito me suba recto.
La última frase gloriosa de Aina, 8 años, después de una reprimenda, fue: -mami, no sabes lo dificil que es ser hijo en el 2009!!
Que contestas? pues yo me quedé a cuadros.
Saludos!!
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