jueves, febrero 02, 2017

¿VENDEMOS EL VATICANO?

Aunque no soy precisamente un devoto católico, ni cumplidor de los preceptos que marca la religión, si me considero creyente, si creyente es aquel que acude al cielo cuando las cosas están realmente jodidas pidiendo clemencia o amparo o mentando a modo de rogativa, soy de los que suelen visitar iglesias y recorrer los pilares de las catedrales, buscando ese lenguaje que callado que aportan las piedras y toda la representación religiosa y litúrgica, incluso en ocasiones me refugio en una pequeña iglesia de mi Ciudad cuando preciso del silencio y la acogida que aportan los lugares sagrados.
A lo que iba, en muchas ocasiones algunos de mis ocasionales acompañantes me indica la riqueza que contienen los museos catedralicios incluso que se haga pagar la entrada para terminar con la riqueza del Vaticano y de la propia Iglesia en general, ante ello siempre les puntualizo que la entrada es justa porque tiene un coste mantener las catedrales que al fin y al cabo excepto las horas de culto, no dejan de ser museos, al igual que pagamos en el Prado y otros, a pesar de que los mantenemos con nuestros impuestos. En cuanto al reparto de la riqueza, bueno… la Iglesia es una empresa con mas de dos mil años de antigüedad, acaparando donaciones y más teniendo en cuenta que durante siglos sus representantes eran los únicos que sabían leer y escribir y por tanto llevar las cuentas, a mayor abundamiento confesores y confidentes de los poderosos siempre recogiendo para casa, callando secretos y divulgándolos según conviniera a esa Iglesia omnipresente en todos los estamentos.
Si con el reparto de las riquezas del Vaticano se paliara el hambre y la pobreza en el mundo, no estaría de más se hiciera, pero también es cierto que hay muchas muchas muchas riquezas que tendrían que repartirse entre los necesitados, que son los que predican la generosidad y no dan ejemplo, bueno… ya sabemos que una cosa es predicar y otra cumplir con lo mandado.

En una palabra no creo se solucione el mundo vendiendo el Vaticano ni las iglesias como bienes inmobiliarios para hacer complejos turísticos o residenciales, al fin y al cabo la religión sea lo que sea es el último refugio que nos queda de fe, en un mundo donde cada vez más escasean los principios, las lealtades y la generosidad.

1 Comments:

At 4 de febrero de 2017, 1:37, Anonymous Anónimo said...

Estoy totalmente de acuerdo con tus comentarios, la pobreza no se resuelve solamente pensando en que el Vaticano puede resolverlas, porque todos al fin y al cabo somos responsables en parte de la pobreza que hay en el mundo.

Yo tambien pienso que para visitar estos lugares es necesario pagar una entrada para acceder a ellos, porque han sido y seguiran siendo parte de nuestra historia.

Soy de las que cuando siento necesidad de refugiarme en mi fe, acudo a los templos para reconfortarme y sentir paz, pues me considero cristiana.

Agradezco tus palabras y tus comentarios

Saludos Belkis

 

Publicar un comentario

<< Home