ASI VAMOS...

Nos estamos habituando a la mala educación, no nos sorprende el hecho de que en los medios de transporte nadie ceda su asiento a los mayores ni tan siquiera a algún que otro discapacitado, eso sin contar con aquellos y aquellas que se sientan apoyando las suelas de sus zapatos en el asiento propio o en el del enfrente, exceso de pintadas, ni un buenos días ni na de na, hemos llegado al deterioro del mas elemental civismo, no cabe duda de que la disciplina académica se va extinguiendo ante la destrucción paulatina de la autoridad de los profesores, incluso en algunos centros se ha introducido la pura delincuencia. No olvidemos que la escuela es la antesala de la sociedad, Rousseau en su libro “Emilio” que no deja de ser genial, además de bienintencionado, no deja de ser un arma para los profetas de la educación progresista que ha dejado llevar a los colegios un sistema que predica que el menor nunca debe recibir órdenes y debe hacer siempre lo que desea, en cierto modo hemos acabado por sucumbir a los caprichos de cualquier menor que no solo se siente protegido por sus progenitores sino arropado por unas leyes totalmente permisivas. En nuestras universidades ha dejado de predominar el sentido común, para convertirse en plataformas políticas donde imperan las luchas ideológicas, en algunas incluso grupos de extrema ideología campan a sus anchas con el beneplácito de rectores y sectores del profesorado en “beneficio” de la libertad, libertad que coartan para los demás los profetas que tanto la predican. De todo esto no pretendo cargar la culpa a nuestro gobierno, noooo, en eso tienen la culpa todos los que han pasado por un ministerio de ¿educación? a cada ministro peor sin distinción de colores, también y claro que si, en esto todos somos culpables, se dedica tanto tiempo al “salir adelante” que no lo tenemos para compartir con los hijos, y así no va y así les va.