¿ENGANCHADOS?
Jake Reilly estudiante de Chicago hablaba cerca de mil minutos y enviaba 1.500 mensajes de media al mes, a mayor abundamiento estaba obsesionado con el Facebook estando conectado más de una hora y media al día estando enganchado a los tuits de 250 personas que seguía en Twitter. Ante tal desaguisado, se impuso la penitencia de no hacer uso del móvil ni entrar en las redes sociales durante tres meses.
Durante el tiempo que debidamente cumplió, perdió contacto con sus “amigos” percibiendo que la “amistad” no era tan profunda, de hecho indico que se asombraba de ver como sus compañeros estaban más pendientes de sus llamadas y de sus avisos de las redes que de lo que estaban celebrando en las fiestas.
En una de las entrevista indico que durante la penitencia que se impuso iba en bicicleta a casa de sus amigos para hablar con ellos cara a cara comentando las mismas cosas que antes se obligaban a decirse en el Facebook.
Es un hecho que hoy por hoy hemos convertido el telefonito en una herramienta imprescindible en nuestra vida, además, sin apercibirnos estamos conectados a todos y todo a través del correo y el whatsApp te suena en cualquier momento, sintiendo la imperiosa necesidad de dar respuesta, precisamos estar conectados para que todos sepan que existimos, queremos estar en todo y al momento.
La verdad es que no puedo criticar en demasía todo este conglomerado, leo los e-mails en el Iphone 4, la prensa en las salas de espera de los aeropuertos y en cualquier lugar para pasar el tiempo en PressReader del Ipad2, cuando no sé ni a donde voy ni de dónde vengo, conecto el GPS, si no hallo una calle voy a “maps” y si quiero saber algo, a la wikipendia, he sucumbido a la tentación tecnológica, aunque eso sí, sigo dedicando el tiempo diario a la lectura de mis libros, al diario paseo con Trui (mi compañero de cuatro patas), pongo en silencio el telefonillo a la hora de comer y suelo prescindir de él cuando creo que es absolutamente innecesario que es en muchas ocasiones, hay que reconocer que la tecnología nos ha facilitado mucho la vida, pero también en cierto modo nos ha esclavizado, y ahora os dejo… oigo algo… ¿el móvil?, ¿whatsapp?, ¿e-mail?, ¿amigos del facebook?, vaya que lio.
Durante el tiempo que debidamente cumplió, perdió contacto con sus “amigos” percibiendo que la “amistad” no era tan profunda, de hecho indico que se asombraba de ver como sus compañeros estaban más pendientes de sus llamadas y de sus avisos de las redes que de lo que estaban celebrando en las fiestas.
En una de las entrevista indico que durante la penitencia que se impuso iba en bicicleta a casa de sus amigos para hablar con ellos cara a cara comentando las mismas cosas que antes se obligaban a decirse en el Facebook.
Es un hecho que hoy por hoy hemos convertido el telefonito en una herramienta imprescindible en nuestra vida, además, sin apercibirnos estamos conectados a todos y todo a través del correo y el whatsApp te suena en cualquier momento, sintiendo la imperiosa necesidad de dar respuesta, precisamos estar conectados para que todos sepan que existimos, queremos estar en todo y al momento.
La verdad es que no puedo criticar en demasía todo este conglomerado, leo los e-mails en el Iphone 4, la prensa en las salas de espera de los aeropuertos y en cualquier lugar para pasar el tiempo en PressReader del Ipad2, cuando no sé ni a donde voy ni de dónde vengo, conecto el GPS, si no hallo una calle voy a “maps” y si quiero saber algo, a la wikipendia, he sucumbido a la tentación tecnológica, aunque eso sí, sigo dedicando el tiempo diario a la lectura de mis libros, al diario paseo con Trui (mi compañero de cuatro patas), pongo en silencio el telefonillo a la hora de comer y suelo prescindir de él cuando creo que es absolutamente innecesario que es en muchas ocasiones, hay que reconocer que la tecnología nos ha facilitado mucho la vida, pero también en cierto modo nos ha esclavizado, y ahora os dejo… oigo algo… ¿el móvil?, ¿whatsapp?, ¿e-mail?, ¿amigos del facebook?, vaya que lio.
1 Comments:
Al menos y aún no se sucumbido a tanta tecnologia con aparatitos de nombres raros, ¿el movil? claro que sí tan imprescindible como la TV, pero tengo la precaución de apagarlo muy de vez en cuando, estoy contigo en que estamos perdiendo las relaciones humanas, incluso los niños estan perdiendo la facultad de jugar, ahora solo saben manejar maquinitas, el dia que nos quedemos sin energia se va todo al traste, de pena.
Zorro
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