DIGNOS O INDECENTES

No voy a caer en la tentación de escribir sobre los casos de corrupción que día a día se van multiplicando en esta puñetera piel de toro, lo que llama poderosamente la atención no es cada uno de los escándalos sino la totalidad de todos ellos. La acumulación de tales conductas es la mayor muestra de que falla el sistema en si mismo, además de la poca ética y responsabilidad de que hacen gala los corruptos, de hecho, nos preguntamos porque no se dispone de controles para evitar tales conductas, permitiendo recalificaciones, verdaderas atrocidades urbanísticas llevadas a cabo con total impunidad y a la vista de todos, sin que nadie, absolutamente nadie, dentro de la misma Administración y mismo partido, se atreva a denunciar, y que luego se rasga las vestiduras indicando que “no todos somos iguales”, “lo presumíamos pero…” y así se repite caso a caso.
Es corriente ver a los detenidos llegar en el furgón policial esposados y paseados por los los juzgados, muchos de ellos, sentados en los pasillos a la espera de la presencia ante el juez que decidirá su puesta en libertad o su ingreso en prisión, entre ellos, se hallan verdaderos delincuentes y simples individuos que se han visto envueltos en cualquier riña o han sido objeto de denuncia que luego en demasiados casos se resuelve con una sanción pecuniaria, pero que son detenidos, llevados a los calabozos y paseados con los grilletes puestos, sin que se tenga en cuenta su absoluta escasez de antecedentes penales o la nimiez por la que han sido detenidos. Todos somos iguales ante la Ley y en este caso nadie es tratado como presunto tal y como dispone el precepto constitucional sino como imputado y así actúan los agentes con todos, en la conducción de detenidos en la gran mayoría de los casos, no siendo imputable a quien imparte justicia la forma de conducción. Ello ocurre cada día sin que nadie, absolutamente nadie, se rasgue las vestiduras pidiendo “dignidad”, tal y como ha hecho la consejera de justicia de la Generalitat o el Sr. Pujol y como han hecho otros políticos haciendo referencia al trato ¿vejatorio? al ser conducidos y fotografiados con los grilletes puestos, pues… ¡¡¡como todos los demás mortales!!!. Aquí a uno le viene por un lado eso de la presunción y por otro el cabreo de contemplar como esos sinvergüenzas no solo se han llenado los bolsillos a costa del pueblo, sino que además han tenido la cara dura de ocasionar verdaderos agujeros, dejando a muchas instituciones en banca rota en detrimento de los sufridos ciudadanos que se ven privados de mejoras porque el "mangante" de turno se ha comprado la mansión o lo que sea, ¿trato vejatorio?, lo que es un trato vejatorio es que a uno le embarguen cinco euros por un error en la declaración de renta y esos “dignos” hijos de buitre se embolsen millones de euros sin que la tan efectiva Administración se entere, ¡¡¡por Dios!!! “derecho a la dignidad”, que queréis que os diga... ¡¡¡que se jodan!!!.