martes, octubre 02, 2007

MUROS DE SILENCIO



Uno de los regalitos que más ilusión le puede hacer al dictador de turno, es una bombita atómica, tal y como se le hizo al Stalín en su setenta aniversario (¡¡¡que longevos son los cabroncillos ¡!!), el obsequio fue bautizado con el nombre de Mayak, que sin complicarse la vida en denominaciones, era el del lugar donde se fabricó el artefacto que equiparaba el poder destructivo de los comunistas al de sus adversarios del otro bloque. Durante muchos, muchos años, en ese pueblecito de los Urales donde se refinaba el plutonio, se vertieron en el río Techa miles y miles de litros de contaminantes de todo tipo y a cada cual mas letal.
Gracias al disidente soviético Jaurés Medvedev se supo que el 29 de septiembre de 1957, un fallo en el sistema, causo el recalentamiento y posterior deflagración de un enorme tanque de desechos radioactivos. La explosión, creo un hongo que tiño de rojo el cielo tornando el agua del cauce aceitosa, produciendo terribles dolencias a los habitantes del pueblo y llevándose por delante a mas de doscientos seres, fue el primer Chernobyl.
Pasado medio siglo de la tragedia el lugar sigue habitado, (uno no deja de asombrarse de la adaptación del ser humano), y sus gentes padeciendo las terribles consecuencias, leucemia en casi el 78% de los casos, artritis, asma, alta presión arterial, abortos, estimándose en 280 milisievert las dosis de radiación cercana, siendo recomendable no pasar de uno al año. ¿ Y que hizo el mundo “civilizado”?, a las grandes naciones le importa un carajo lo que le puede pasar a un pueblo que no da nada de si, que no ocupa un lugar estratégico en la geopolítica y no posee riquezas donde llenar los bolsillos de los poderosos, como no importo lo de Hungría en el 56, lo de Checoslovaquia en el 68, lo del Pinochet, los Kramer Rojos, lo de la Junta Argentina, las matanzas tribales de África, lo del Chad, Etiopia, Sudan, Chechenia y otros muchos lugares que poseen el triste patrimonio de la pobreza o de los intereses particulares o indiferencia de los de siempre.
Vamos de solidarios dando dos puñeteros céntimos y permanecemos pasivos ante la miseria, hay ocasiones en que creo que esta indiferencia es premeditada para hacer creer al subconsciente que vivimos en un mundo que es la repera, incluso ya llega a molestarnos eso de los cayucos, sin pararnos a pensar que solo son una pequeña muestra de todas esas miradas de ojos tristes y sin esperanza que denotan la miseria de miles y miles de seres humanos que incluso no tienen la ¿oportunidad? de subirse a la patera.
Ya se que nada vamos a hacer nosotros contra los poderosos, contra todos aquellos que tienen a su merced la vida de miles y millones de seres con solo apretar un botoncito de mierda, ya se que nada podemos hacer mas que gritar en el silencio, como gritan en ese pueblecito de los Urales y en miles de pueblos, aldeas y lugares, nada podemos hacer, mas que cagarnos en la puta madre que parió a los canallas , impotentes para derribar los muros de silencio que se levantan para ocultar nuestras miserias, que triste, que triste…



Comodidad: Estado anímico producido por la contemplación del desasosiego de un vecino. A. Bierce



4 Comments:

At 2 de octubre de 2007, 19:43, Anonymous Anónimo said...

Camilo José Cela dijo: "Los clientes de los cafés son gentes que creen que las cosas pasan porque sí, que no merece la pena poner remedio a nada".

Y Aute cantó: "Yo pertenezco a la angustia por yugos que aprietan adentro".

Esto no tiene arreglo, Javier; pero aminora. No tenemos tan lejana la segunda guerra mundial. A esta guerra, si uno la analiza un poco, se le pone la carne de gallina. tuvimos una gran alemania dominando Europa bajo las órdenes de un demonio. Tuvimos a los japoneses que creían poder dominar el resto del mundo que Hitler les dejara. Fue horroroso.
Y yo te entiendo, porque lo que hay ahora mismo por ahí da pena.
Os recomiendo la lectura de "Rebelión en la granja" de Orwell. Es una metáfora de cómo en Rusia los comunistas desalojaron al Zar del poder para darlo al pueblo, y después los jefes del partido fueron peor que el propio Zar, que también tenía lo suyo.
Sí, nuestra historia da pena. Esperemos que poco a poco las cosas vayan mejorando, pero nosotros ya no veremos gran cosa.
Feliz semana.
Pedro Tugores.

 
At 2 de octubre de 2007, 23:44, Anonymous Anónimo said...

El mundo esta hecho un asco, realmente no sabemos la suerte por decirlo de alguna manera de vivir en esta Europa, es triste si Javier, que cualquier cabronazo tenga en sus manos la vida de millones de seres, realmente siempre ha sido así, deseemos el fin de los dictadores y llamemos a la libertad, en realidad cuando viajas, cuando conoces gentes, percibes que somos tan diferentes, son esas puñeteras fronteras que ellos crean para que nos sintamos distintos, aunque sea un imposible no dejemos de abogar por un mundo mejor para todos.

Elvi

 
At 7 de octubre de 2007, 14:22, Anonymous Anónimo said...

Querido Javier la historia la escriben los que vencen, los que imponen sus reglas, y nosotros en cierta medida somos dictadores también, elegimos a nuestros presidentes de forma más o menos democrática, pero gobernamos el mundo como dictadores, o se hacen las cosas como queremos nosotros o aquí no se hace nada.¿y nuestras batallas? no somos pocos quienes creemos en la paz, en la no-muerte, en la no guerra. y sin embargo, nuestra organización es deficiente, no tenemos grandes lideres ni dictadores que lleven a nuestras tropas a la victoria. tampoco tenemos la poesía de esa victoria, y la verdad que estamos lejos de ser soldados. Es la tarea de hoy, el miedo al hombre, el miedo a nosotros mismos. Entonces, a no doblar la rodilla frente a la muerte que ronda como el ojo sobre el planeta, sin que haya un pequeño espacio ni un estrecho segundo donde esconderse.
No somos diferentes a los que matan con armas y bombas.
Nuestra indeferencia mata a miles de personas en silencio.
No menos de setenta conflictos de sangre hay en este mismo momento en otros lugares.
Pero, también millones de niños mueren de hambre en cada minuto, y que hacemos? nada. No hay tiempo de lamentaciones.
Es tiempo de virar la conciencia antes que la muerte también nos alcance en esta realidad que aterra.Me aterra el mundo que le dejamos a nuestros hijos.


Ratolí.

 
At 7 de octubre de 2007, 20:15, Anonymous Anónimo said...

Es la ostia que un fulano tenga en sus manos la vida de millones de seres, ante tales acontecimientos, nuestro mundo nuestra tecnologia, nuestra sociedad se va al garate de un plumazo, nos creemos los reyes del mundo y realmente somos muy fragiles, demasiados fragiles, todos somos vicitimas de nuestra propia inconciencia.

Zorro

 

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