martes, septiembre 04, 2007

PICAROS


Agentes de la policía local de Tortosa, han procedido a la detención de una dama, por presunto delito continuado de falsedad en documento publico, se le imputa el tener en su domicilio inscritos en el padrón municipal a 57 personas, lo cierto es que hay demasiadas viviendas en este país de países donde viven hacinadas personas y familias, que se ven en la triste necesidad de hacerlo pagando al vil usurero de siempre que, vive a costa de las necesidades de los demás, la mujer al menos pudo alegar que no ocultaba nada, ya que puso en conocimiento de la Autoridad el numero de familiares que cohabitan con ella, toda una familia si señor…o al menos de los que recibía dinero por hacer el favor de la inscripción, al fin y al cabo un negocio como otro cualquiera.
La picaresca acreditada de antiguo en el Lazarillo ha sido una constante en nuestra piel de toro, de una u otra forma, todos/as siempre hemos puesto en practica alguna que otra artimaña para sacar un beneficio y en algún caso simplemente una satisfacción al “tomar el pelo” o sentirnos mas “listillos/as” que los demás, citar el reciente ejemplo de un fulano que para ahorrarse tres pasajes de barco, encerró en el maletero del coche a sus dos hijos de 8 y 10 años y al abuelo de 66, ya en la bodega del buque, el calor, la emisión de gases y la falta de aire casi se llevan por delante a la familia, fueron “rescatados” gracias al personal que se apercibió de los gritos de socorro, todo, mientras el “listillo” se fumaba un pitillo en la terraza de popa oteando el horizonte en alta mar, contemplando las estelas de las hélices mientras cantaba aquello de “ Por diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar…” satisfecho el muy cabrón, pensando en los 180 euros que se estaba ahorrando a costa de la vida de su familia, para los niños quizás fuera una aventura eso de ir de polizones pero lo del abuelito ya tiene coña, por Dios…
Voy a limpiar mi conciencia y confesare, un día, hablaba y hablaba desde una cabina y las monedas se mantenían impasibles, no bajaban, aquella tarde supe de casi todas mis amistades, incluso llame a un compañero que estaba en Tokio, ¿Qué pasa me dijo? le comente lo que ocurría, “pues vamos a contarnos lo que sea con tal de “joder” a telefónica, venga cuéntame cosas”, ya se que tendría que haber puesto en conocimiento de Cabitel, tal eventualidad, pero no, aquella noche me sentí trasgresor y satisfecho, ¡¡¡vaya que si ¡!!, en otra ocasión cabreado con una cia de aviación, a la llegada, presente una falsa reclamación por la perdida de un equipaje que mi cómplice ya había sacado de la terminal según el “plan” previsto, cobre al cabo de dos meses unas ochenta mil pelas, cuando salí con el talón pensé en lo que indicaba el Código Penal y en que diría mi padre si supiera de mis actos, pero que puñetas, también dormí de coña después de la mariscada, fue tan bueno el manjar para dos pobres estudiantes que al no poder resistir la tentación de otra mariscadita, reincidimos, el cómplice se convirtió en autor y “perdimos” otra maleta, con la segunda fue el fin de una “carrera” “presuntamente” delictiva, al cabo de los años aun seguimos recordando lo buenas que estaban las cigalas y algo más… . El rememorar tales acciones, hace que me sienta un gilipollas por tanta simpleza, ante todo lo que se ve por este mundo.
Cada día, sabemos de alguien que monta una para fastidiar a los demás, en cierto modo hay que reconocer que jode, pero también nos proporciona una cierta empatía y una sonrisa de asombro ante tanto ingenio, de hecho creo que nos encanta seguir siendo picaros y trasgresores aunque ya no seamos personas de mal vivir, al fin y al cabo, no es malo darle un poco de “virilla” a la vida, ¿o no?




Pícaro : Necio visto desde otro punto de vista. A. Bierce.

3 Comments:

At 4 de septiembre de 2007, 21:24, Anonymous Anónimo said...

Javier, yo, la verdad, después de leer lo tuyo, he llegado a la conclusión de que soy bastante imbécil, o, mejor dicho, muy ingenuo. Te cuento.

Un día, andando por el aeropuerto, no me acuerdo adónde iba, cuando llegué a las cintas transportadoras que te llevan desde el aparcamiento a la terminal, mirando al suelo a efectos de pisar adecuadamente esa cinta —la que hace que parezca que uno anda zumbando, o que camina sin caminar— vi en el suelo unos billetes de diez mil pesetas, los cogí. Allí había un albarán de no sé qué y una tarjeta de un alto ejecutivo de la Caja de Ahorros de Pollensa (Colonya, creo). Cuando llegué a casa por la noche, le pasé un correo a este banquero y le dije lo que había pasado y que tenía dos billetes de diez mil pesetas a su disposición. Me contestó que no eran suyos, que debían ser del farmacéutico de Alaró que iba con él. Al día siguiente me pasó un correo diciéndome que ese dinero era del boticario en cuestión. Puse el dinero en un sobre y se lo envié. Bien, pues nunca recibí las gracias. Así que os aseguro que como me vuelva a encontrar dinero en el suelo, haré lo que tú, Javier, Al Rififi (que por cierto últimamente vuelve a estar bastante bien).
A decir verdad no me arrepiento, en este sentido soy ingenuo y por mi fidelidad a esa nota popular que dice: "La cabra tira al monte", supongo que no cambiaré; aunque a veces lo desee.
Que la semana os sea leve.
Pedro Tugores.

 
At 7 de septiembre de 2007, 9:09, Anonymous Anónimo said...

Durante un tiempo había un vecino que no se porque me amargaba la vida, se quejaba de todo lo concerniente a mí,le declare la guerra, cuando podia le dejaba sin periódico y cuando se compro un coche nuevo una noche se hice un rayazo de parte a parte, como Javier, dormi satisfecha y feliz por la putada, un día se largo y volvia la paz al edificio, de hecho he recordado todas las artimañas que hice conlas "chuletas", que pasada, al final de hacerlas aprendía más que estudiando. Recordar las putaditas ha sido una bonita experiencia.

Elvi

 
At 10 de septiembre de 2007, 16:29, Anonymous Anónimo said...

Me habeis hecho recordar una faena que realize a un compañero de trabajo. En un supermercado teniamos que pasar muchos cables eléctricos por un bandeja, y vino el listo de turno, o sea "el encargado" diciendo que se podian pasar varios a la vez, hicimos una prueba, yo empujaba y colocaba los cables y el, con otro, estiraba de ellos. jajajaja, estaba reteniendo los cables hacia mi, cuando terminamos de pasarlos, era verano, vino todo sudado, diciendo "mejor que lo hagas como quieras realmente van un poco duros" jajajajajaja

Quieroseryo

 

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