BUENAS INTENCIONES

Los Ministros de Justicia e Interior han anunciado la inmediata reforma del Código Penal haciendo hincapié en los delitos sexuales y terrorismo, sobre todo para intentar paliar esa aparente tolerancia de la justicia ante los pederastas, asesinos y demás calaña, por ello se propondrá la libertad vigilada para muchos casos hasta una duración de veinte años después de cumplida la condena, siempre y cuando exista un pronostico negativo de rehabilitación y por supuesto bajo el imperativo legal de su puesta en libertad una vez cumplida la pena. Las medidas consistirían en pulseras electrónicas o seguimiento en programas formativos de reinserción de esos en que uno se presenta, toma asiento y dice aquello de “ me llamo Manolo soy pederasta y violador” “ holaaaaaaa Manolo”, y no es coña marinera, pero tengo mis serias dudas sobre la eficacia de esos métodos ante un individuo con tal tara cerebral, pero bueno lo dejo en manos de los expertos que de seguro tendrán mayores argumentos y por supuesto positivos sobre el método, pero bueno, a lo que íbamos, también se habla de la castración química pero para eso y a tenor de la Constitución se estaría a la plena autorización del afectado, también se nos ha dicho que se pondrá en marcha un Registro de Pederastas al que tendrían acceso la Policía Nacional y la Guardia Civil, o sea que no será como el de la Propiedad o Mercantil “pa que se entere to er mundo”, eso además de seguir con las medidas de alejamiento impuestas y que no permitirían la proximidad de las victimas o familiares con el causante de la desgracia, una vez puesto en libertad como ha ocurrido con el escoria de juana recientemente, así como otras medidas proteccionistas para el menor y sobre todo la incidencia sobre las mafias, en una palabra todo ajustado a derecho y dentro del marco constitucional lo que es y aunque nos duela y nos pese, correctísimo.
Estoy convencido de que las leyes jamás acaban con esos fulanos ruines y mezquinos que pululan por nuestros colegios, empresas, parques, gimnasios etc., y hasta en las residencias de ancianos donde encuentran el caldo de cultivo para acorralar y machacar a los y las mas débiles, incluso creo que en ocasiones la pantomima de un juicio basado en esos derechos para el acusado no puede en ningún caso devolver la vida ni rehabilitar la dignidad de la victima, en cierto modo la cobardía de nuestra sociedad refuerza la impunidad en que se desenvuelven los verdugos que siempre hallan a quienes participan con su silencio y sometimiento aceptando su destino con la que el tarado de turno siempre cuenta, al fin y al cabo, sacar ventaja del más débil siempre ha sido un deporte muy extendido.
Esta bien que se hagan leyes contra todo este tipo de delitos, esta bien que se endurezcan las penas y esta bien que no se les deje a su libre albedrío, pero por desgracia son muchas las leyes que no protegen eficazmente a la victima y por desgracia así seguiremos mientras la sociedad no sea capaz de convencer a sus ciudadanos de lo que significa serlo.