" BURNOUT "

Se ve, se siente, que el periodo vacacional al menos para la mayoría ha llegado a su fin, después de la “marcha” veraniega, los supermercados andan escasos de clientes y los delegados de banca están que no duermen ante el inminente impago de cuotas hipotecarias y reclamaciones de créditos “visa y demás”, hoy mismo, nuestro Presidente dará explicaciones de cómo se enfrentara este país de países a la crisis que ya no se, si se avecina o ya esta aquí, lo cierto es que no se ha dejado de ver gente (como siempre) en los lugares de moda y sobre todo en los más caros. Cuando corren males tiempos en cuanto a la economía, la denominada clase media o sea los de a pie y los de la baja o sea los que ni se sostienen, lo pasan canutas, sin embargo los opulentos siguen haciéndose más y mas ricos no ocultando su riqueza, o sea, que los menús de 12 euros no se terminan pero los 100 tienen reservas hasta enero, no se porque digo esto, de hecho siempre ha sido así, pero me da por pensar alguna que otra gilipollez de vez en cuando.
Después de haber pasado las vacaciones una gran mayoría estresados con la familia por la total falta de costumbre de “soportarlos” durante 24 horas, otros que se amontonan en camping (que uno al pasar no sabe si es un centro de ocio para los veraneantes o un campamento de ilegales), en una palabra que son muchos los que buscan descanso y llegan hechos una piltrafilla, por ello, a esta gran mayoría que aguantan todo lo que hay que aguantar durante el estío y regresan desechos se les atribuye una enfermedad denominada “burnout” que traducida al castellano se podría definir como. “hasta los reales c……” o en términos más científicos “síndrome post vacacional”, afecta a un gran numero de trabajadores, representando una seria amenaza para la salud física y mental, con cuadros depresivos, fatiga, incapacidad etc.… En una palabra, tengamos lo que tengamos disfrutemos de lo que disfrutemos siempre surge algún inconveniente que lo fastidia todo, no tiene remedio.
Por mi parte, he pasado un tiempo entre los muros del Monasterio de Santo Toribio de Liébana compartiendo paseo y silencios con un amigo al que un día se le ocurrió hacerse franciscano, para luego a vela, recorrer el Mediterráneo y terminar saltando, gritando y mojado en el “correaigua” de la Festa Major de un pueblo de Cataluña.
Durante este “escaso” tiempo he buscado cien respuestas a mil preguntas, he intentado reflexionar sobre demasiadas cosas y sobre todos y cada uno de los errores que he cometido, incluso he contemplado el amanecer pensando en aquella persona a la que inconscientemente habré hecho daño esperando que me perdone, quizás haya estando buscando la solución a demasiadas cosas, ahora de regreso, sigo haciéndome las mil preguntas de siempre, imagino que cometiendo los mismo errores y no dejando de pensar en aquella persona, al fin y al cabo la vida sigue igual, esos periodos de soledad y descanso, son como cruzar a la otra orilla, para volver a regresar al poco tiempo, así son las cosas ¿o no? .