CENOTAFIO
A Andy Lees le diagnosticaron un cáncer de hígado y otro de pulmón, advirtiéndole el facultativo que le restaban unas seis semanas de vida, ni corto ni perezoso y ante el poco futuro que le esperaba, se fue al banco, dejo la cuenta en blanco y salio con sus 18.000 libras, cantidad que representaba los ahorrillos de toda la vida, se dedico a preparar su funeral pagando incluso al coro para que diera ambiente a los actos religiosos, se fue al camposanto donde compro un terrenito donde se hizo instalar una bonita lápida con su mejor foto y solo a la espera de grabar la fecha del óbito, luego, se dedico a repartir el resto entre sus familiares y allegados, los cuales (es de imaginar) recibieron la cantidad que les correspondía compungidos por tal acontecimiento y seguro que prometiendo a Andy la asistencia a cuanto funeral hubiese organizado. Pero bueno, no fallo la previsión organizativa de su muerte, pero si el diagnóstico, transcurrido el plazo y viendo que no llegaba el tren para el ultimo viaje, se fue a la clínica y tras nuevas pruebas, resulta que no tiene cáncer y que todo fue un lamentable error, es de imaginar que ya tendrá un montón de tarjetas de letrados dispuestos a la demanda, (no es lo mismo ir contra un hospital de prestigio que contra el lechero de la esquina), y así están las cosas, discutiendo la indemnización. Como en todas partes la justicia es lenta y como se tarda un tanto en recibir “la pasta”, Andy ha acudido a sus allegados y miembros de su querida familia en demanda de auxilio económico aduciendo que todo lo ha repartido y no tiene ni un puñetero penique, en una palabra que se lleva otro varapalo, porque sus “amistades y las otras” se han gastado el dinero en vacaciones, en un coche o en montarse una juerguecita a la salud del futuro difunto.
No deja de ser una historia de los mas pura, dura y simple, uno se pasa media vida ahorrando, pensando en como pagar la hipoteca para que a su muerte nadie tenga que hacerle frente, incluso los fines de semana yendo a la caseta construyendo una pequeña casita a sangre, sudor, lágrimas y callosidades para que luego los herederos se pasen por el forro el legado y lo dilapiden en menos que canta un gallo sin tener en su gran mayoría el menor respeto a quien lucho para que tuvieran ese pequeño terruño, eso cuando no se convierte en la cerilla que enciende el fuego de las mas sutiles bajezas humanas, enzarzándose la familia en verdaderas guerras de reproches, disputándose como buitres un pedacito de carne, hermanos a la gresca, cuñadas, primos… aquí se apunta todo dios y por cuatro perras se olvidan favores, llantos, risas, comidas, fiestas, jolgorio y sobre todo sentimientos, todo vale con tal de llevarse algún bocado del abuelo, el padre, el tío o de las madre que los parió, por ello, que no se asombre nuestro Andy, que se tome dos güisquis en el pub de la esquina y que espere la indemnización que de seguro le traerá su abogado, que con ella se lo monte como quiera y cuando muera que les deje a sus amíguetes y allegados el recuerdo de un hijoputa que no les dejo nada, al fin y al cabo la vida son dos días, al menos él con toda esa rocambolesca historia ha podido erigir su cenotafio y saber como son sus "allegados", no hay mal que por bien no venga ¿o no?.
No deja de ser una historia de los mas pura, dura y simple, uno se pasa media vida ahorrando, pensando en como pagar la hipoteca para que a su muerte nadie tenga que hacerle frente, incluso los fines de semana yendo a la caseta construyendo una pequeña casita a sangre, sudor, lágrimas y callosidades para que luego los herederos se pasen por el forro el legado y lo dilapiden en menos que canta un gallo sin tener en su gran mayoría el menor respeto a quien lucho para que tuvieran ese pequeño terruño, eso cuando no se convierte en la cerilla que enciende el fuego de las mas sutiles bajezas humanas, enzarzándose la familia en verdaderas guerras de reproches, disputándose como buitres un pedacito de carne, hermanos a la gresca, cuñadas, primos… aquí se apunta todo dios y por cuatro perras se olvidan favores, llantos, risas, comidas, fiestas, jolgorio y sobre todo sentimientos, todo vale con tal de llevarse algún bocado del abuelo, el padre, el tío o de las madre que los parió, por ello, que no se asombre nuestro Andy, que se tome dos güisquis en el pub de la esquina y que espere la indemnización que de seguro le traerá su abogado, que con ella se lo monte como quiera y cuando muera que les deje a sus amíguetes y allegados el recuerdo de un hijoputa que no les dejo nada, al fin y al cabo la vida son dos días, al menos él con toda esa rocambolesca historia ha podido erigir su cenotafio y saber como son sus "allegados", no hay mal que por bien no venga ¿o no?.
4 Comments:
Hay que reconocer que el Andy ha supo aceptar las consecuencias de su futuro con franciscana resignación, resignación que no creo le haya valido para valorar a los allegados.
La verdad es que no se que haria en tal circunstancia de quedarme tan poco tiempo de vida, no tendria para hacef todo un sin de cosas que deberia haber hecho, creo que lo importante es vivir la vida cada dia y disfrutar de cada instante, hay una canción de Sanz que dice que lo dificil de la vida es vivirla y creo que cuando te plantan el fin en la cara de das percibies de lo poco que has vivido, creo que tendre que replantearme un sin fin de cosas.
Zorro
Coincido con Zorro, no se que haría en una situación así, desde luego no me gastaría los ahorros en pagarme el funeral, me lo gastaría con mi gente.
Una vez muerta, que me lleven al hospital universitario y que hagan con mi cuerpo los estudios que quieran, previas donaciones de lo que se pudiera aprovechar.
Saludos!
Jo, qué mala baba los familiares... Si yo hubiera sido el Andy este, hago como que me muero solo para saber cuántos cumplían su promesa...
Estoy con weblara, me gastaría el dinero con ellos, pero no se lo daría. Pues sí que vamos bien, para que nos hagan lo mismo xD
Un besote!
Creo que dejaria lo que pudiese a mis hijos y luego me dedicaria a vivir el resto de los dias que me quedaran, creo que con la indemnización que le va a caer a nuestro amigo, al menos sabra como invertirlos y no dedicarse a repartir entre sus amiguetes que le han salido rana.
En cuanto a las herencias tienes toda la razón mi Javier, como dice el refran el muerto al hoyo y el vivo al bollo asi estan las cosas.
Elvi
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