martes, noviembre 11, 2008

SE COMPRAN VOLUNTADES

Advertía Tocqueville que “La pasión que mueve a las sociedades democráticas es la igualdad”, hoy por hoy, cualquier desigualdad es imputada a alguna ilegitima ventaja de orden social, por ello, allí donde una desigualdad sea justa o injusta es derribada, surge inmediatamente otra para sustituirla, en una palabra que la lucha por lo que podríamos denominar “justicia social” es constante y a ella se suman las ideologías, la cultura etc. La forma más conocida de combatir la desigualdad social es la consecución de reducir las distancias económicas entre una clase y otra y en esencia esta la función de los sindicatos, la lucha por conseguir mejoras para todo aquel que precisa de un salario además de intentar dignificar el trabajo de todos y cada uno y ¿como no? la defensa de los intereses de las clases menos privilegiadas, dicho así, realmente suena a utopia, pero siempre se presentan como irrealizables los ideales.
Precisamos de los sindicatos porque al fin y al cabo movilizan a los trabajadores en los grandes conflictos, lógicamente esas movilizaciones no valen para esos cuatro empleados del horno de la esquina que quieren declararse en huelga, pero buenos o malos si son necesarios para plantar cara a lo que se podría interpretar como injusticia, lo que fastidia de todo esto y como en todas las cosas es que están mediatizados, el hecho de la hermandad ideológica con intereses políticos les resta independencia y los subyuga a intereses partidistas que en nada benefician a los trabajadores que dicen defender, en este nuestro país de países, son muchos, demasiados los que en las grandes empresas han hallado la gallina de los huevos de oro haciéndose sindicalistas, liberados incluso de las jornadas y percibiendo emolumentos por encima de sus compañeros/as camuflados en dietas, además, son demasiados los que se meten en los comités porque en cierta medida evitan el despido y compadrean con el “opresor capitalista”, que, al fin y al cabo tampoco es mala opción.
Participe en los ochenta en varias negociaciones y creación de convenios con verdaderos sindicalistas que anteponían su ideología y su lucha en favor de la clase obrera a sus ventajas personales, conocí a muchos y muchas que se quedaron en demasiadas ocasiones en la puñetera estacada, defenestrados por los compañeros y compañeras a los que con tanto empeño defendían, hoy estos mismos sindicalistas prácticamente han sido sustituidos por vividores que han buscado una formula fácil de ganarse la vida sucumbiendo al poder de los partidos, perdiendo su independencia y acomodándose en la poltrona de los comités de las grandes empresas.
En la transición, el primer gobierno y sucesivos, decidieron repartir el patrimonio de los sindicatos verticales acumulados durante cuatro décadas entre los sindicatos nuevos y antiguos, saliendo beneficiados los mayoritarios como UGT de larga tradición y el que no perdió nada por inexistente CCOO, incluso Aznar compensó generosamente a organizaciones sindicales cuyos bienes fueron incautados durante la Guerra Civil, y que pudieron acreditar de cualquier modo su expolio, recibiendo cuantiosas cantidades pertenecientes a los fondos públicos, lo que no critico, porque creo que era necesaria la restitución. Una vez llevados a cabo los pagos, la entrega de bienes y la restitución patrimonial quedo zanjado el asunto, pero no, en este país no solemos cansarnos de victimismo y nuestro Rodríguez por decreto le ha soltado a UGT 150 millones de euros por las perdidas sufridas en base a la “Memoria Histórica”, precisamente varios días antes de que el propio sindicato tuviera que hacer frente al pago de la misma cantidad al ICO por el asunto de la quiebra de PSV, de ello se ha quejado formalmente CCOO y esta el asunto en el Constitucional, haber que pasa.
Siempre sentí un gran respeto por Marcelino Camacho y Nicolás Redondo que al revés que demasiados, estos si que estuvieron dando el callo durante el régimen en primera línea con lo que hay que tener y sin haber presumido nunca de los padecimientos que sufrieron incluidas sus familias, ahora, los nuevos sindicalistas, se dedican a organizar cursos sin ton ni son para percibir las cantidades de los Fondos Europeos de Cooperación, se dedican a inversiones y compadrean a cambio de subvenciones con el poder, lo que puedo entender a duras penas, pero no justifico, cuando se hace en nombre de la presunta defensa de la “clase” que dicen defender, no puedo fiarme de unas siglas que venden y compran en el mercado del capital. Afortunadamente no todos son así, aún nos quedan sindicalistas que mantienen esa utópica lucha con escasos y precarios medios, esos independientes que no consiguen ni una vacante en un comité porque están copados por los de siempre y porque tristemente nadie cree ya en idealistas y revolucionarios, “poderoso es don dinero” y mas en una sociedad donde se venden y se compran tantas voluntades.

3 Comments:

At 11 de noviembre de 2008, 10:40, Anonymous Anónimo said...

Ante la crisis y sus consecuencias, ¿Por qué están callados CCOO y UGT?,
Ellos presumen de responsabilidad por no enfrentarse al gobierno pese a las consecuencias de esta crisis, y efectivamente estas organizaciones que han prostituido el sindicalismo son responsables, pero que muy responsables, de lo siguiente:

La pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores en activo, pensionistas y parados.
La desmembración de España como nación.
La pérdida sin fin de derechos sociales conseguidos por los trabajadores.
El incremento de la desigualdad social ya que los pobres son cada vez más pobres y los ricos, entre ellos sus dirigentes, cada vez más ricos.
La desmoralización de España, desmoralización porque la moral (ánimo) está baja y por la pérdida de moral (ética) de los trabajadores españoles al ver el comportamiento de sus representantes.

Yo podría aportar muchísimos datos sobre las tropelías de estos sindicatos, porque recordemos que estos vividores que forman parte del sistema y que obviamente tratarían peor al Partido Popular si este estuviera hoy en el gobierno que lo que están haciendo con el PSOE, y le tratarían peor para que los suyos le quitaran el poder, no porque les interesaran los derechos de los españoles de los que viven, y muy bien por cierto.
Recordemos que estos sindicatos son pro-inmigracionistas cuando la inmigración-invasión que estamos sufriendo a quien más perjudica es a los trabajadores y cuanto más humildes más aún, jamás morderán la mano de un sistema que les da de comer en los mejores restaurantes de España y que les sienta en los palcos más prestigiosos junto a banqueros y políticos. Y como bien dices hay Sindicatos que si luchan por los derechos de los trabajadores pero son tan minoria.

Luís.

 
At 13 de noviembre de 2008, 12:04, Anonymous Anónimo said...

Creo que más que voluntades se compran silencios, porque nuestros sindicatos estan demasiados callados ante el aumento alarmante del desempleo. Efectivamente son muchos los que se escudan en los comites para tocarse las pelotas incluso los y las hay que llevan años en la situación de liberados viviendo sin dar ni golpe y yendo de viaje en viaje para reuniones del comite nacional, pero como siempre bien tu dices Javier, así somos y asi nos va, pero por otra parte tambien precisamos de los sindicatos para que al menos alguien de la cara, porque en realidad todo el mundo cuchicea pero a la hora de la verdad te quedas mas sola que la una, y es fácil escudarse detras de unas siglas.
Es una palabra son un mal necesario como otras muchus cosas.

Elvi

 
At 16 de noviembre de 2008, 13:41, Blogger LaLocadelMoño said...

Totalmente de acuerdo con Luis, salvo en una cosa.
Respecto a la inmigración, cierto sufrimos una invasión de cartas blancas, prácticamente sin control, pero no creo que sean ellos directamente los que nos supongan un problema respecto al paro, ellos trabajan por el salario que un español no quiere cobrar.
Si los sueldos no llevaran congelados 10 años, probablemente no habría tanto inmigrante cubriendo puestos de trabajo que los españoles no quieren cubrir.
Siempre he pensado, que don dinero no solo compra voluntades o silencios, si no que también compra felicidad a un alto precio.
Saludos!

 

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