LAS MEMORIAS...

No suelen ocupar mi tiempo los libros de cotilleo y mucho menos aquellos que solo se dedican a verter injurias y calumnias sobre ciertos personajes, son muchos, viudas, ex, hermanos, primos, nietos o el jardinero, que hallan un filón de oro al pregonar a los cuatro vientos las bajezas de su ser “querido” o de quien le pago un salario durante su existencia. Unos textos dedicados a exaltar la prosa o a nombrar las fuentes de inspiración del artista o de quien sea, no venden hoy en día, lo que prima es contar con pelos y señales como se vestía de cuero, látigo en mano y collar con cadena al cuello el famoso/a para alcanzar el placer o a que otros juegos “depravados” se dedicaba el biografiado, eso si que vende. Me viene a la memoria una entrevista en la que la Saritiiiiiiisima explicaba sus noches locas con un sin fin de actores de Hollywood (lógicamente todos ellos ya fallecidos) contando lo que fuera, concientemente sin ofrecer el derecho a replica o simplemente a desmentirlo, por ello, cuando se me ocurre leer una biografía, deduzco que en ella se habrán omitido acontecimientos realmente relevantes en la vida del fallecido, incluso no me caben dudas de su posible manipulación por los herederos o el editor ajustando las mismas a lo políticamente correcto, también albergo reticencia con las memorias de aquellos/as que las publican en vida, dado que no daría la edición para pagar las costas de los procesos judiciales iniciados por los injuriados, a menos que estas estén repletas de florituras y buenas intenciones y si así fuere ¿para que puñetas nos interesan sus memorias?.
Lo que realmente me cabrea es el hecho de la gran atención y crédito que se presta a los resentidos, cuando además de la divulgación de las miserias ajenas, dice poco en beneficio de quien las divulga, siendo palpable la intencionalidad de lucro, de hecho, tampoco me quita el sueño el saber que tal o cual personaje era un pervertido o un saco de virtudes, y por supuesto un bledo si esa o ese se acostaba con ese, con esa o con ese también, pero lo cierto es que eso de descubrir aunque sea mentira la vida intima de un personaje tiene un morbo del que cuesta escabullirse.
No voy a escribir mis memorias ni por supuesto creo que se le ocurra a alguien escribir mi biografía ¡¡¡que barbaridad!!!, pero, si así fuere tendría coña marinera porque no dejo de ser un personaje de lo mas común de los mortales, en una palabra, del montón, pero no me desagradaría que al marcharme y en plan venganza con algunos cabroncetes que se quedaran, contar algunas cosillas sobre ellos y ellas, que no usan desodorante, que la colonia de marca es del chino de la esquina, que el dinero del que presume este o aquella lo ha conseguido así o asa, de algún que otro devaneo etc. y así todos y cada uno y una, podríamos dejar escrito para conocimiento público los secretillos mejor guardados para que se fastidien los que no nos acompañan en el viaje sin retorno, para amargarle la vida al fulano que nos jodio o simplemente dejar que las familias se armen para no cejar en la venganza, al menos así, sabríamos de todos un poco y de lo poco nada, porque son mas creíbles las miserias que las virtudes, así somos y así no va.