¿REGENERAR?

La medicina regenerativa es un hecho, con ella, se permitirá fabricar órganos en el laboratorio a medida para cada solicitante o necesitado, por lo visto se cultivan células y utilizan su armazón, sobre el que desarrollan el tejido de las características de cada órgano, de hecho, investigadores de la Universidad de Wake Forest en USA, han logrado fabricar un segmento de pene de conejo a partir del células del músculo liso de tejido endotelial y con un embalaje de colágeno ¡¡¡ale hop!!! le han dado la oportunidad a un conejito de recuperar la funcionalidad, pudiendo copular e incluso obtener descendencia.
Hace unos años estuve remirando las tablas de indemnizaciones por amputación en accidentes de trabajo, el pene se valoraba en unos doscientos euros, así, sin mas, me tiro la moral por los suelos, creemos tener una joyita y un puñetero papel legal nos dice que lo que cuelga entre las piernas no vale mas que una “play statión”, ya estamos que con eso de la industria del placer, los hay para todos los gustos, lo que en cierto modo constituye una sustitución un tanto ¿cómo diría? ¿vulgar? de lo que representa un símbolo (en recesión) de lo masculino.
Pero a lo que iba, con el tiempo es de imaginar que uno podrá elegir pieza, y no será extraño que alguna clínica ofrezca modelos para implantar, ya me veo a la Maruja diciéndole al Manolillo mientras toma el carajillo “con la extra te quitas el frenillo, que la quiero como la del Clooney” y venga… a hacer cola para modelar el aparatito según el capricho imperante o la mera intencionalidad.
Reconozco que las féminas llevan el tema de la menopausia como el final de una etapa de su vida y además ni lo ocultan ni se avergüenzan de ello (siempre nos ganan), sin embargo la pitopausia es fácilmente ocultable, a menos que de una día para otro, le des a las canas ese colorcito cobre, te vistas como una chaval de veinte años y te compres una Kawa para intentar llevar al huerto a la amiga de tu hija. En cierto modo nuestro entorno se recubre de floreros otoñales con ganas de evitar lo palpable que es el paso de los años, pero ahora las cosas cambiaran, además de todos esos pequeños detalles que mas que ocultar evidencian la pitopausia, vamos a tener la oportunidad de regenerar el “pinganillo”, hacer realidad eso de los veinte centímetros o en su caso convertirlo en una monada con lo que presumir de jovenzuelo, ya se, ya se, que las damas de este blog escribirán diciendo que el tamaño no importa, que hay algo mas que la penetración y que el culto al falo rompe la imaginación, lo comparto, pero no me negaran que una “pieza” al gusto y con calidad y fuerza regenerativa, no viene de mas cuando se ha llegado a la pitopausia, no importa el tamaño, no importa la medida, pero seguro que nadie se ira a la clínica a que le pongan la del conejito de marras por muy activo que este sea, seamos sinceros, creo que a todos nos gustaría trabajar en correos, no por el sueldo ni lo de fijo en plantilla, sino… por el “paquete” ¿ o no?.