BUENOS Y MALOS

No esta en mi animo pretender que este post se convierta en un sin fin de cuestiones
críticas contra la Iglesia, acepto los postulados agnósticos, ateos y los de cualquier religión, que compartiré o no, pero que respetare, y, dentro de este contexto acepto cualquier comentario a la confesión que profeso, admitiendo en demasiadas ocasiones que la Iglesia Católica tiene cosas para dar y tomar, reír, llorar, cabrearse y mentar a la que parió a algún obispo, párroco y alguna mas alta esfera. Estoy en la creencia que es de buen cristiano admitir los errores e intentar hacer lo posible para enmendarlos en la medida de cada uno, tras la breve exposición, sabéis que ha entrado en vigor la Ley del Aborto promovida por la ministra (así nos va) clitorita aido, lo que, ha conllevado que salgan a la calle los pro vida, y de nuevo y como siempre, estemos en un lado o en otro, nos encanta tener actitudes enfrentadas.
A todo ello, la Conferencia Episcopal ha anunciado entre otras cosas, que se le negara la comunión a los políticos que con su voto hayan contribuido a la aprobación de la precitada, todo, dentro de la mas formal y lógica actuación en defensa de la Doctrina, argumentando el acatamiento a la encíclica “Evanglium Vital” dictada por Juan Pablo II, por la cual no se exime ni distingue el grado de responsabilidad de aquellos que amparan y legitiman el aborto o la eutanasia, pero… a todo existe una excepción a la regla, nuestra Constitución exige al Rey la firma y rubrica de las Leyes que emanan del Congreso, constituyendo un acto plenamente administrativo del que por supuesto podría haber eludido o en su caso argumentar su posición al respecto, Balduino lo hizo, afirmando su fe y punto. Nuestra jerarquía eclesiástica y dentro de lo políticamente correcto adelanto días antes de la firma, a la vez que amenazaba con esa excomunión, que eximia de responsabilidad al Monarca, indicando su portavoz : “ Es un acto con una consideración moral diferente” ¡¡¡claro que siiiii!!! faltaría más, Puedo llegar a entender la injusticia de que no todos somos iguales ante la Ley, pero ¡¡¡ ante Dios!!!, por lo visto los reyes son de otra esfera, con una catadura moral a prueba de lo que sea, eximidos de pecado y todo eso y más, y es ahí precisamente donde me duele mi Iglesia, me duele cuando observo los sillones acolchados para las autoridades, cuando veo los bancos reservados, me duele cuando el celebrante y su sequito para la ocasión se viste de gala para recibir y llevar bajo palio al jefecillo de turno, me duele el boato, me duelen los privilegios de siempre y esa distinción que contradice el mensaje de Cristo.
Me quedo con esos religiosos y religiosas que se mantienen firmes en su puesto cuando los cooperantes huyen a la primera de cambio, me quedo con esos hospitales para desahuciados donde se comparten miserias y donde la vida constituye la lucha diaria, me quedo con aquella mujer de Calcuta o con Ferrer o con esos cientos de sacerdotes que hacen de su oficio la entrega diaria, sin pedir, sin exigir, sin distinguir, ofreciendo la humildad de su vida, ellos y ellas, son los que hacen que permanezca mi Fe, lo demás, la parafernalia, la política, el perdón para los que están arriba y el castigo para los insignificantes, se lo dejo a esa iglesia de grandes catedrales, repletas de lameculos y pocos perdones.