¿JUBILARSE?

El escritor Martín Amis se ha dirigido al Gobierno Británico sugiriendo la instalación de cabinas en las ciudades donde los ancianos, podrían poner fin a su penosa e inútil existencia ingiriendo uno dosis gratuita e indolora de veneno, con ello, se evitaría la contemplación futura de muchedumbres de vejestorios pululando por la urbe, de hecho, no deja de ser una soberbia sátira sobre el problema que representa para nuestra sociedad, la creciente longevidad de los ciudadanos, tampoco es para tomarse a choteo la pretensión de nuestro Rodríguez el “monoglota” de pretender alargar la vida laboral con la finalidad de que coticemos mas y percibamos la pensión menos tiempo. Es cierto que para ciertas profesiones la edad de 67 años no impide el desarrollo normal de una actividad al igual que es una exageración para otras que exigen el esfuerzo diario, es de imaginar que tendrán prevista tal contingencia o no, todo es posible con un Ministro de Trabajo que dice defender los derechos de los trabajadores en cada una de sus intervenciones y por otro lado pretende posponer los derechos que pregona.
Después de la debacle económica, ahora nos salen con la reducción del gasto publico, quizás pretendan reducir los haberes, dietas, ventajas fiscales de los 400 altos cargos que sumado a los autonómicos nos dan la friolera de 77.000, sin contar los 632 de presidencia o que el Congreso de Diputados deje de gastar 160.000 euros en regalos de Navidad, o vender alguno de los 234 vehículos del Gobierno Andaluz o subastar el Audi de Gallardon al precio de coste de 591.624 euros o los 792.000 euros de gastos superfluos de la Generalitat o aumentar la reducción fiscal en las cuantiosas nominas de diputados y senadores que esta en el 4,5 %, o reducir los viajes de sus señorías que nos cuestan 5.000.000 anuales, así como las pensiones vitalicias para ex gobernantes, los complementos para el tope de pensión a los ex diputados y senadores, o esos 7.000.000 millones que le han endilgado a una fundación para el estudio e innovación de la cocina vasca o esos millocejos anuales a los sindicatos para que participen en la comedia gobernante, así podríamos citar cientos de cantidades que te sonrojan, quizás penséis que tales argumentos son pura demagogia, quizás si, pero ha llegado un punto en que hacen que este hasta donde hay que estar de contemplar cada día como despilfarran el dinero publico en gilipolleces, de contemplar como nos exigen restricciones y sin embargo no renuncian a ninguno de sus privilegios, si aumentar la edad de jubilación es la solución a la detención del déficit público, considero que el despido de muchos de nuestros gobernantes seria también una solución a todo lo que acontece, al final me voy a tener que creer lo que dice el panadero “ el mal de este país, son los políticos” pues… puede que así sea.