¿SIN PENSARLO?

Metido a empresario en el campo sanitario, presidente de policlínica, de compañía de seguros privados médicos, presidente de un club de futbol de primera, facultativo de reconocido prestigio, empresario… dada su representatividad era un hombre que gozaba de merecida popularidad, los negocios son los negocios y como tales entrañan riesgos que se traducen en ganancias, lo que crea ese ejercito de envidiosos y carroñeros y perdidas lo que hace que crezcan los rencores y las venganzas de aquellos que ven peligrar sus intereses, metido en pleitos, embargados sus bienes en prevención de una futura responsabilidad civil y con una horda de pequeños y poderosos enemigos, una mañana dejo a su hijo en la puerta del colegio, se detuvo a comprar el pan y el periódico, dirigiéndose posteriormente a un lugar donde se divisa el horizonte y se tiene el mar a unos sesenta metros, creo que lo medito, puso la primera y se lanzo al vacío…
Ante tal suceso nacen miles de conjeturas, de absurdas afirmaciones y multitud de opiniones a lo que no se halla una explicación razonable, una cobardía, un huir de la realidad, un acto con lo que hay que tener o simplemente un instante de absurda ofuscación. En ocasiones y no sabemos porque, las cosas salen torcidas unas tras otra, los sueños, las ilusiones, los proyectos se van al garete por mucha predisposición que pongamos, nos preguntamos el porque de tanta adversidad y de porque las cosas no tienen que salir bien, que pasa con ese destino que nos da bofetada tras bofetada sin que tengamos una razón para entender lo que hemos hecho mal, y, nos putee de tal manera.
En ocasiones se filosofa o simplemente se profundiza en el día a día, en los acontecimientos, en los sucesos y tienes la sensación de que todo es una puñetera mierda, que estas en este mundo soportando tu destino sin que te quede mas remedio que resignarte, de abandonar unos sueños con el conocimiento de que toda la vida quizás te vayas arrepintiendo, pero… hay que aprender a ver la vida como es, con ese sinfín de sinsabores, de absurdos y levantarte una mañana y decirte que hay que seguir viviendo, que hay que caminar y aprender a llevar dentro de ti esa carcoma que te corroe por lo que sin remedio has podido provocar y has dejado atrás.
A medida que pasan los años se hace más difícil discernir en ocasiones sobre lo correcto y lo incorrecto, la formas cambian y en ocasiones te hallas encajonado sin saber en que puñetero mundo vives, purgas sin comprender porque sucede, lo atañes a la mala suerte, al destino… al fin y al cabo la vida es para vivirla y si alguien decide dejar de hacerlo movido por lo que sea o simplemente sin pensar, dejémonos de conjeturas, porque nadie excepto la victima de su propio acto lo sabe o quizás no se dio la oportunidad de averiguarlo, al fin y al cabo no deja de ser una decisión como cualquier otra que conlleva adelantar el acontecimiento, o simplemente jugársela al destino, al fin y al cabo la vida no es mas que una ironía en demasiadas ocasiones.