¿JUGUETITOS?

En una céntrica calle me tope con una tienda especializada en producto eróticos, portal abierto con las consabidas barreras para la detección de sustracciones, todo perfectamente alineado en estanterías como en el súper, todo ello, ya no sorprende a nadie, de hecho, las farmacias ya se están especializando en toda una serie de productos para la actividad sexual, y a menos que uno/a sea de esos/as de que el “placer es pecado” es un deleite poder admirar, expresar y vivir la sexualidad sin tapujos, claro esta, fuera de cosas “raras” y “filias”.
Como casi siempre, las féminas nos toman la delantera, me informo que las mejores y mayoritarias clientas están entre las edades comprendidas de 17 a 50 años (casi todas) y que el precio de los juguetitos oscila entre 24 a 80 euros, además el 71% de las/os clientes repiten visita, ¡¡¡hay estadísticas para todo!!!
A lo que iba, la mayor exposición es de “dildos” (moderno que es uno) , los hay de todo tamaño, color, formas, textura, velocidad, de bolsillo, para fijar en sillas, con automatismo a distancia, camuflados y hasta vibradores pequeñitos para estimulación en pequeña escala, huevos vibradores a distancia, cremas, y aparte de las muñecas con esa “boquita generosa” acaparo mi atención un alargador del pene, todo un artilugio, al parecer se pasea colgado el mecanismo y se va estirando cada día un poco, se lleva hasta que se alcanza la longitud deseada (4-6 cm.) o hasta que uno admite que es un “picha corta” sin remedio.
Al comentar mis actualizados conocimientos en “maquinaria” sexual, me comenta una colega que existe una empresa llamada “tuppersex” que por medio de colaboradoras, montan reuniones para dar a conocer los productos eróticos, o sea, que la “parienta” se va a tomar el té a casa de la Maripuri y en vez de aparecer con la bolsa cargada de envases del “taper”, ollas, avón o productos de adelgazamiento, se nos aparece con una bonita colección de “dildos” para montar la fiesta, lo cierto es que a uno (viciosillo que se es) le agrada la visión del aparatito en funcionamiento, ¡¡¡claro que si!!!, y de hecho considero que tenerlo es la mesita de noche te hace sentir seguro y a la pareja una inagotable satisfacción, vamos... como un entrenador de fútbol, si falla el titular, pues el reserva… ¡¡¡ que no decaiga la fiesta!!!.
No ignoro que alguno habrá que sentirá herida su hombría al verse sustituido por un artilugio y más si se entera que se lo ha comprado en una reunión de conocidas, ¿Qué van a pensar de mi tus amigas?, ¿Qué no sirvo? alguno habrá… lo cierto es que si esos juguetes se comparten y forman parte del juego de la pareja con gracia y placer y, además tienen un diseño “superguay” pues adelante con los sustitutos…
No intento hacer apología de los “juguetes sexuales”, pero sin discutir su uso y disfrute, tengo que objetar que estamos relegando los distintos productos naturales de siempre, el calabacín, el pepino, el aceite de oliva, la nívea, el aceite solar, los plátanos, las velas, la vaselina “para los zapatos”, mi adorada leche condensada (para el café) y todos esos productos de doble uso, en beneficio de la “industria capitalista del sexo”, así son las cosas del progreso…¿o no?.





Racional: Privado de todo tipo de engañosas ilusiones, salvo las que son producto de la observación, la experiencia y la realidad. A. Bierce