CHAUVINISMO

En Gante, lugar donde nació el emperador Carlos V, se halla un castillo en ruinas sin denominación y en un total abandono, es “el de los españoles”; en cierta ocasión, pregunte a un edil del porque no se llevaba a cabo la restauración, me respondió “que era mejor recordar la ruina de los Tercios y no ensalzar su gloria”, “le respondí que lo que jodia no eran las derrotas, sino que la gran mayoría de flamencos llevaran sangre española por sus venas dada la conocida fogosidad de nuestros soldados y la belleza de las damiselas, sobre todo, de lo triste que resulta haber luchado por la “herejía” para terminar en el más puro y duro catolicismo” , después de aquello no volvió a saludarme ni yo por supuesto a preguntar sobre el “maldito” castillo.
A uno le enerva esa clase de idiota superioridad que sienten algunos europeos y cuando ello sucede, me sube el amor patrio, me indigna que me consideren como perteneciente a un pueblo que solo sabe tocar la pandereta y bailar flamenco, por ello, me acuerdo de la madre que parió a los chauvinistas de siempre y les digo que tuve un antepasado que fue de picos pardos y pica en ristre por la vieja Europa para que se jodan.
Pero bueno, a lo que iba, ayer día uno de diciembre, nuestro vecino país, celebró con todo orgullo su independencia, fué en 1640 cuando se proclamo a la Casa de Berganza y al Duque de Braganza como rey de Portugal en detrimento de la Casa de Austria, reinante en este país de países, como es de suponer, a los portugueses les importara un pepino la vida y milagros de Juan IV como a muchos de nosotros que Felipe II, III y IV fueran reyes de Portugal, como tampoco nos importa o lo asumimos con gracia cuando desde el balcón principal del Colegio Militar de Lisboa se arroja un muñeco que simboliza a los españoles, cada país no se porque, tiene ese resquemor hacia nosotros, es que los hechos son los hechos y hay que reconocer que si ahora tenemos que exigir el estar entre los primeros por derecho, hace muchos años, lo tomábamos y punto, y eso, pasa factura.
No soy precisamente lo que se llama un patriota, con los años he dejado de creer en fronteras y de tener serias dudas sobre demasiadas ideologías que a mis veinte años defendía con entusiasmo, no considero a unos mejor que otros, pero hay ocasiones en que me gustaría que nuestros jóvenes supieran lo que fuimos, lo que es nuestra historia y que nos consideran “el culo de Europa” por el simple hecho de que durante siglos nos rindieron pleitesia y aunque no lo sepamos o queramos ignorarlo en ocasiones, somos sino mejor, como mínimo, igual que todos ellos.
Nuestra historia es lo que cada uno y una de nosotros/as llevamos en el equipaje, somos el pueblo de la envidia y la hipocresía, donde hoy se te pone en un pedestal y al día siguiente te lapidan los mismos que te aclamaban, pero también tenemos muchos personajes que con su pluma, su espada, sus quehaceres mejoraron el mundo, debemos asumir nuestro pasado con sus grandezas y sus miserias, sobre todo y aunque aborrezca ese chauvinismo absurdo no estaría de más que consideráramos ponerlo en practica muy de vez en cuando.