LA RISA
No hace mucho tuve una entretenida conversación con quien según me dijo se dedicaba a la risoterapia, exponiéndome los pormenores de tal técnica que ahora al parecer se ha convertido en una terapia, por lo visto, el hombre viaja por esta piel de toro haciendo cursos para enseñar a la gente a reírse, no hace mucho tiempo también tuve conocimiento de gente que se dedica a repartir abrazos por la vía publica a modo de terapia de calor humano y así podríamos enumerar un sin fin de nuevos métodos que imbuidos de un cierto espiritualismo llevan a las gentes a descubrir su energía y desarrollar sus mas elementales facultades interiores, no esta mal siempre que no se trate de iluminados en busca de material para llenarse los bolsillos como suele pasar en una gran mayoría de casos.
Nunca he dudado que la sonrisa fuese beneficiosa, de hecho y según leo, cuando reímos el cerebro recibe una señal de que todo va bien y remite un mensaje al sistema nervioso para que libere una sustancia denominada beta-endorfina que da a la mente una respuesta positiva, de hecho y aunque ahora se considere una terapia, no hemos inventado nada, a pesar de las continuas desgracias que provoca y provocamos en nuestro mundo siempre se ha tenido tiempo para reír, los bufones divertían a toda la antigüedad arrancando sonrisas a griegos y romanos, en Roma era labor exclusiva para extranjeros y esclavos, unos imitaban los movimientos de animales, los funámbulos, los cubileteros, los prestidigitadores, los charlatanes de plaza y un largo etc. ce personajes dignos del mejor circo de nuestro tiempo.
En el medioevo había quienes vagaban de ciudad en ciudad, de feria en mercado, alrededor de castillos, al paso de los príncipes y por donde quiera que esperaban llamar la atención, obtener aplausos y algo para la pitanza, encontrar un albergue para pasar la noche y algún dinero para continuar el camino. A veces iban en pandilla, acompañados de teñedores que tocaban varios instrumentos, cantaban o recitaban romances o cuentos, hacían juegos de cubiletes y otras habilidades, llevaban animales adiestrados, en ocasiones se convertían en actores representando riñas de mujeres, escenas de palurdos y de borrachos, al bufón se le daba como atributo una muñeca, que era una especie de cetro rematado con una cabeza cubierta con una capucha de diversos colores y guarnecida de cascabeles, además de una vestimenta a juego. Incluso los reyes tuvieron bufones con titulo de oficio, y era una función que nunca se dejaba vacante, debido a que el bufón era requisito indispensable en todas las fiestas. E incluso las ceremonias.
Incluso la Iglesia no fue ajena a los profesionales de la risa, se cita en un antiguo libro que en la diócesis de Viviers se hacia una elección de un abad del clero, nombrado por los jóvenes canónigos, clérigos o por los niños del coro, se cantaba a su elección un Te Deum y después se llevaba a cabo una procesión. El día de San Esteban se presentaba al “obispo de los locos”, nombrado el día de los inocentes del año anterior, iba vestido con los ornamentos pontificales y seguido de un capellán, recibía los mismos homenajes que el verdadero obispo, asistía a los oficios, daba la bendición pastoral y concedía grotescas indulgencia.
A lo largo de la historia siempre se ha tenido necesidad de la risa y por ellos han sido muchos los dedicados a tal menester, cómicos, profesionales del circo, actores, humoristas, contadores de historietas, malabaristas, ayer era los bufones y comediantes de feria hoy son los terapeutas quienes nos enseñan lo saludable de ser felices aunque sea durante una sesión, hubo quien dijo que se llega a ser sabio cuando se aprende a reírse de si mismo, por ello con la risoterapia o con lo que sea, lo importante es reír, al menos es una forma de conseguir que alguien también ría con nosotros ¿o no?.
Nunca he dudado que la sonrisa fuese beneficiosa, de hecho y según leo, cuando reímos el cerebro recibe una señal de que todo va bien y remite un mensaje al sistema nervioso para que libere una sustancia denominada beta-endorfina que da a la mente una respuesta positiva, de hecho y aunque ahora se considere una terapia, no hemos inventado nada, a pesar de las continuas desgracias que provoca y provocamos en nuestro mundo siempre se ha tenido tiempo para reír, los bufones divertían a toda la antigüedad arrancando sonrisas a griegos y romanos, en Roma era labor exclusiva para extranjeros y esclavos, unos imitaban los movimientos de animales, los funámbulos, los cubileteros, los prestidigitadores, los charlatanes de plaza y un largo etc. ce personajes dignos del mejor circo de nuestro tiempo.
En el medioevo había quienes vagaban de ciudad en ciudad, de feria en mercado, alrededor de castillos, al paso de los príncipes y por donde quiera que esperaban llamar la atención, obtener aplausos y algo para la pitanza, encontrar un albergue para pasar la noche y algún dinero para continuar el camino. A veces iban en pandilla, acompañados de teñedores que tocaban varios instrumentos, cantaban o recitaban romances o cuentos, hacían juegos de cubiletes y otras habilidades, llevaban animales adiestrados, en ocasiones se convertían en actores representando riñas de mujeres, escenas de palurdos y de borrachos, al bufón se le daba como atributo una muñeca, que era una especie de cetro rematado con una cabeza cubierta con una capucha de diversos colores y guarnecida de cascabeles, además de una vestimenta a juego. Incluso los reyes tuvieron bufones con titulo de oficio, y era una función que nunca se dejaba vacante, debido a que el bufón era requisito indispensable en todas las fiestas. E incluso las ceremonias.
Incluso la Iglesia no fue ajena a los profesionales de la risa, se cita en un antiguo libro que en la diócesis de Viviers se hacia una elección de un abad del clero, nombrado por los jóvenes canónigos, clérigos o por los niños del coro, se cantaba a su elección un Te Deum y después se llevaba a cabo una procesión. El día de San Esteban se presentaba al “obispo de los locos”, nombrado el día de los inocentes del año anterior, iba vestido con los ornamentos pontificales y seguido de un capellán, recibía los mismos homenajes que el verdadero obispo, asistía a los oficios, daba la bendición pastoral y concedía grotescas indulgencia.
A lo largo de la historia siempre se ha tenido necesidad de la risa y por ellos han sido muchos los dedicados a tal menester, cómicos, profesionales del circo, actores, humoristas, contadores de historietas, malabaristas, ayer era los bufones y comediantes de feria hoy son los terapeutas quienes nos enseñan lo saludable de ser felices aunque sea durante una sesión, hubo quien dijo que se llega a ser sabio cuando se aprende a reírse de si mismo, por ello con la risoterapia o con lo que sea, lo importante es reír, al menos es una forma de conseguir que alguien también ría con nosotros ¿o no?.
4 Comments:
Todo ha cambiado, hoy surgen terapeutas de todo tipo que de hecho lo que hacen es dar a las gentes la oportunidad de comunicarse, estamos faltos de comunicación y sobre todo de contacto humano, poco a poco nos convertimos en seres anonimos que precisamos de lo que sea para sentirnos personas, la risa aunque practicada como bien dices Javier desde siempre, hoy endia hay que renvindicarla porque estamos perdiendo incluso la facultad mas que de divertirnos de compartirla.
Vaya una sonrisa para ti y parato todas y todos aquellos que comparten este pequeño espacio.
Elvi
Hoy existen demasiados "terapeutas", risoterapia, reiki, tai, taoismo,meditación, zen etc. es como si nos hubiera dado por la espiritualidad, estoy con Elvi en cuanto a esa individualización y por otra parte creo que nos hace falta reirnos un poco de todo y eso que los españolitos lo tenemos mas faciles que otros, si a ello añadimos unas copitas y un poco de musica pues la fiesta est dada.
Lo mejor de la risa es compartirla, en eso si estamos todos de acuerdo.
Y eso que esta sociedad esta repleta de bufones sobre todo en el mundo de la politica, pero ahora son de pena...
Zorro
Ni que decir tiene Javier que reírse es una de las mejores terapias que existen. Ante todo y para todo, hay que ir con sentido del humor y buscar siempre el lado sabemos lo importante que es para la salud.
Reírse es lo más sano y lo más natural que existe. De verdad, sacar ese lado que todos tenemos, unos má profundos que otros, ese lado de humor, de bienestar y de alegría, es fundamental. Sonreir, una simple sonrisa cada vez que vemos o nos despedimos de alguien, es un hecho tan simple como importante. La risoterapia lleva aparejados muchos beneficios.
Cuando te ríes, estás haciendo ejercicio. Pones en funcionamiento cerca de 400 musculos de todo el cuerpo. Además, puede llegar a relajar, ya que liberamos tensiones concentradas en las cervicales y en la espalda; seguro que después de una intensa risa, notas una agradable sensación de bienestar y de liberación de tensión. Con la risa, limpiamos los ojos, gracias a las lágrimas que soltamos. Pueden eliminar tóxinas del organismo y oxigenar los pulmones, ya que permiten la entrada de aire. Lo más saludable es la sensación de felicidad, producido por las endorfinas que se generan en el cerebro y que aportan serenidad al cuerpo.
Rotweiller
Una de las cosas más estupendas que he descubierto es a usar el sentido del humor para aliviar las penas, el otro dia estando en familia me pego una increible risa tonta que no podia dejar de contenerme y la verdad es que fue muy gratificante, los problemas son los que hay, pero la percepción de ellos y la actitud en que decidimos afrontarlos influye en el sufrimiento soportado.
Usar la risa para desdramatizar es lo más sano e inteligente que podemos hacer, y por supuesto hay que hacerlo siempre empezando por uno mismo. Deberiamos reirnos más a menudo.
Ratolí
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