¿CAFE O SOBERBIA?

La publicidad forma parte de nuestras vidas, no solo nos da a conocer nuevos productos sino que nos incita a utilizarlos y mediante mensajes casi imperceptibles nos hace sentir diferentes, incluso pertenecer a una clase privilegiada por poseer, asistir o consumir.
Casi a diario paso por delante de una tienda donde se venden las capsulas de café para las cafeteras que anuncia el Cloney, es inimaginable y envidiable por otros comerciantes las colas que se forman a todas horas esperando ser atendidos por un numeroso equipo de dependientes. Me pico la curiosidad y el otro día dada la hora y haber poca cola entre a curiosear, al entrar me saludo un joven de aspecto muy aseado, traje y corbata y muy puesto, se dirigió con un ¡¡¡Usted!!!, le solicite información sobre las cafeteras y solicito me explico todas y cada una de las características, incluso como preparar distintas modalidades del café con leche tradicional. Me indico el sistema de capsulas de muy distintos aromas y cada una con su color correspondiente, todas con su marcado sabor e intensidad, al preguntarle sobre las capsulas, me indico que eran reciclables al 100% y respetuosas con el medio ambiente, haciendo hincapié en que cada tienda tiene un sistema de recogida y que el café sobrante se remite a los pueblos del tercer mundo para su uso, en ese instante no supe si echarme a llorar con tanta solidaridad y me retuve de darle un beso en los morros (no era mi tipo), me invito a pasar al fondo de la tienda para saborear un café, recline la invitación poniendo en su conocimiento que no soy amante de tan exquisita bebida, uno es consumidor de te, pero que agradecía su atención.
Durante mi permanencia los clientes eran tratados con una correcta amabilidad (por desgracia impropia de estos tiempos), atendidos con toda premura y con una sonrisa en la prontitud que permitía la cola, luego se les da a elegir entre un sinfín de capsulas de colores y cada uno va pidiendo un numero indeterminado de cajitas, luego se les pide el número de cliente, lo que en cierto modo marca la pertenencia y se les invita a una degustación, viendo a los degustantes cambiando impresiones con una dependienta como si se tratara de una reunión de expertos cafeteros, la exclusividad… y se les entrega el producto en una bolsa de categoría con un catalogo que vale un huevo y parte del otro, para que al salir a la calle, todo el pueblo se entere que es cliente, que eso si tiene clase y puñetas… de eso se trata, de que el pueblo llano no vaya a comprar café, sino a sentirse parte de una casta privilegiada, de un trato que les hace ascender de categoría en la escala mundana, no se… no es lo mismo esto, que si te trae el café el Valdez a la puerta de casa con la mula, ¿no?.
Comentando el tema y la exquisitez del trato y lugar, me ponen en antecedentes sobre la gran picaresca de este puñetero país de países, “¿sabes a cuanto te sale cada capsula?, “a 40 céntimos, pues yo sigo con el Bonka de siempre, me dedico con mi mujer a recortar papel de plata en la medida de la capsula, la relleno con mi café y la cierro de la mejor manera y ya esta, sirve igual, me sale más barata y con el café del súper”. O sea que estos de Nestlé montan el tinglado, se gastan un pastón en contratar al Cloney, en montar tiendas lujosas para…¡¡¡vender café!!! entregan unos catálogos que valen un pastón y forman a unos dependientes que te hacen sentir como si fueras un cliente de Cartier y luego va el pueblo llano y lo jode todo con ingenios barateros, y es que además de no ser agradecidos, por mucho que nos den lujos, la mayoría seguimos siendo de campo como las amapolas, lo importante no es el ingenio, sino burlar a quien se cree mas listo, con el tiempo y los espabilados de siempre, seguro que las capsulas se venderán en el chino de la esquina o incluso por las “rues” algún sin papeles, serán más baratas, serán mas asequibles, las habrán convertido en lo que son ¡¡¡café!!! pero ya no sera lo mismo, les faltara… eso… el glamour de los privilegiados. ¿O no?