martes, enero 15, 2008

¿ANIMUS LOCANDI?

La Comisión disciplinaria del CGPJ decidió sancionar con seiscientos euros a un magistrado por un falta grave al incluir consejos religiosos en sus sentencias, indicándole: “que las expresiones contenidas en sus sentencias jurídicas son del todo punto innecesarias, improcedentes y extravagantes”, ahí van algunos párrafos dedicados a una pareja donde la esposa había propinado un bofetón al marido,”el Espíritu de Jesucristo Resucitado, capaz de llenar el anhelo de vida que tienen sus corazones”, “hay que partir, como premisa fundamental de la existencia de Dios, que ha creado el hombre/mujer y también admitir la existencia del maligno y se constituye en enemigo del hombre al intentar romper este lazo de Dios”, por otra parte reprochaba al marido sus relaciones extramaritales : “ que tú suponías que podía hacerte feliz, apareció el Maligno y te dijo y viendo que ese fruto prohibido era apetecible y bueno para lograr la sabiduría, te erigiste en desisor de lo que es bueno y es malo y comiste del árbol”, en una palabra sus almas estaban perdidas.
Vamos a otro magistrado que explica la formula de intereses por mora: “Por la cuenta de la vieja, en un primera aproximación, para el cálculo de los intereses de demora al día del vencimiento del préstamo obtiene el siguiente “chorizo matemático” I= C.i/100 (19/800.i+2/3)+C.i´¨/300 (II/400 i+I)+C.i/100.i/800, en el que C es igual a capital prestado y la formula se reduce a I´=C.i/100(41/1200.i+1). Ahí queda eso.
En una sentencia en la que la esposa pedía bienes, le fueron negados argumentando: “pidiendo de sobrado por salir con lo mediado, se puede perder entero, y ante el vicio de pedir es virtud la de no dar”.
Un Registrador no quiso inscribir la Sociedad “Pintores Claudia SL” al entender que se trataba de una alusión a un nombre propio aduciendo.” ¿Quién era Claudia a la que se refería la sociedad?Bien podía tratarse de Antonia Claudia, hija del emperador Claudio y de Plaucia Urgunlamilla, esposa de Pompeyo, o quizás también podría hacerse referencia a Claudia, esposa de Monteverde, músico autor de la opera Orfeo, fallecida , e incluso…” todo una alarde de cultura “claudia”.
De las anécdotas en sala, existen ya recopilaciones en muy diferentes ediciones, pero vaya una personal: Durante la celebración de un juicio de faltas motivado por una pelea entre dos enérgicas vecinas, una de ellas, antes, durante (siendo advertida) y después, no dejo de referirse a mi representada como “la ramera”, llamo poderosamente la atención el silencio continuado de la contraparte que no se inmutaba ante el “insulto”, finalizada la vista, la felicite por su compostura y saber hacer, sorprendida, me pregunto el significado de “ramera”, se lo indique y seguidamente salió corriendo, si no hubiera sido por el de seguridad, volvemos a tener causa por agresión.
Son muchas, demasiadas las ocasiones en que la condición humana lleva a situaciones jocosas y además, no esta mal reírse un poco de vez en cuando luciendo las puñetas.
Hoy, cuando el Poder Judicial esta tan en entredicho, es preciso comentar que dentro de las togas, existen mujeres y hombres con sentido del deber y ¿por qué no? del humor, que, acreditan una excelente cultura que en ocasiones sale a la luz en sus sentencias, ¿romper la norma? creo que no, siempre y cuando sea para aclarar los conceptos, lo que ocurre es que no estamos habituados a que se expongan los sentimientos personales en los autos judiciales lo que también me parece incorrecto y falto de objetividad, quizás se falte a la profesionalidad o quizás sea una muestra del desespero, sus razones tendrán, lo que si se les debe exigir, es una Sentencia justa y ajustada a derecho, lo que en muchos casos no es tan simple como parece ni da satisfacción a los litigantes, eso desgraciadamente ocurre en demasiadas ocasiones.




Del Talmud: ¡Ay de la generación cuyos jueces merecen ser juzgados!

5 Comments:

At 16 de enero de 2008, 12:50, Anonymous Anónimo said...

Los palacios de Justicia siempre se ven como algo justo, pero cuando se tiene la "desgracia" de tener que torear en ellos, la forma de ver las cosas es muy distinta, nada que objetar en cuanto a que dentro de la seriedad del protocolo alguna se lo salte, siempre que no se perjudicque a quien sufre las consecuencias del final de la sentencia, yo, a cuanto mas lejos mejor, por mucho que esta presuma de ser equitativa, lo he comprobado en propia carne, además de estar en un sin vivir, una cantidad de tiempo en espera por los pasillos, una inmensidad de horas propias de trabajo perdidas, y al final aún ganando, me costo tanto el pleito que me costo dos años levantar cabeza, nos quedamos sin un duro, al final si no hubiera reclamado mis derechos no hubiera perdido tanto, como las gitanas "pleitos tengas y los ganes" buena amenaza si.

Elvi

 
At 17 de enero de 2008, 0:32, Anonymous Anónimo said...

"saber que se sabe lo que se sabe y saber que no se sabe lo que no se sabe, es el verdadero saber". El que afirma saber que no sabe nada, reconoce su ignorancia, y sabe, por lo tanto, qué es el error: un conocimiento dudoso, incompleto, oscuro. En efecto, eso ya es saber algo. Pero no se puede decir que sea saber "demasiado", pues mientras no sepamos en qué consiste la naturaleza del conocimiento, o sea, del saber cierto, completo, claro, aún no sabemos nada como debe saberse.
Las palabras verdaderas no son hermosas; las palabras hermosas no son verdaderas".
Una frase bella, puede fácilmente deslumbrar y cegar al desprevenido por su aparente profundidad, siendo así que puede no ser más que música compuesta con palabras. Alerta, pues, contra la belleza. No vayamos a confundirla con la verdad. La primera puede seducir los sentidos, es decir, la imaginación, hasta el punto de dejar confuso el entendimiento.

Confucio.

 
At 17 de enero de 2008, 23:58, Anonymous Anónimo said...

Uf, con los jueces hemos topado, dueños de vida, honra y hacienda.

Cogen la ley y la interpretan...nada más y nada menos. Y la interpretación depende de la mollera de sus señorías, y de su estado de ánimo en el momento de dictar sentencia. Que Dios nos coja confesados. No me extraña que en una encuesta realizada a nivel nacional, los profesionales más denigrados de nuestro país fueran los jueces.

Yo, lo del refrán: mas vale un mal acuerdo que un buen juicio. Conclusión a la que he llegado sobre todo,gracias a varias amigas abogadas, una de las cuales ha dejado el bufete ante el peligro de padecer ansiedad crónica si seguía con su trabajo. Una pena.


María Pilar

 
At 18 de enero de 2008, 0:00, Anonymous Anónimo said...

Puede ser que hoy en día sea mas difícil ser juez, porque se mira mucho mas, cada silaba, coma, y definiciones en todas las sentencias que hasta se pueden decir los comentarios expuestos por Javier.
¿De que forma se puede proteger a la victima?
Yo particularmente no visito los juzgados, gracias a Dios, y entiendo que los jueces deben proteger, hasta que no se demuestre lo contrario, la inocencia de los acusados, pero han perdido el norte, ante tanta protección hacia ellos.
Me parece como de cachondeo algunas denuncias que deben tramitar, y deben estar hasta los narices de muchos casos por incompetencia de las personas por no llegar a un acuerdo.
Como siempre digo, son personas y como tal, pueden equivocarse.

 
At 18 de enero de 2008, 9:21, Anonymous Anónimo said...

Sus Señorias, poderosos, elocuentes, callados, celosos de su poderio que disponen del ser humano alque juzgan al albedrio de un codigo de leyes que ellos interpretan, si se equivocan y hasta que no es subsanado su error, el inocente paga y nunca es recompensado, la ley no es igual para todos y lo adviertes cuando denuncias o intentas meterte con uno de esos poderosos, no te eliinan ni te dicen nada, pero sorprendentemente te ves en destino que nadie quiere y por arte de magia te desplazan, ellos aplican la ley, los abogados viven de ella, los procuradores cobran por no hacer nada y el reo paga las consecuencias de todo, tambien es cierto es que es muy dificil ser justo y ser imparcial, pero asi y todo hay muchos en la judicatura que no son ni una cosa ni otra y asi nos va, como siempre.
Zorro

 

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