MENORES

El Art. 154 de nuestro Código Civil indica que los hijos estarán bajo la potestad del padre y de la madre, obligando a los progenitores a velar por ellos, tenerlos en compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral, que los hijos deberán si tuvieren suficiente juicio, ser oídos en cuantas decisiones les afecten. Como final indica “los padres podrán en el ejercicio de su potestad corregir razonablemente y moderadamente a los hijos” por extensión también esta potestad se les otorga a los tutores tal y como estipula el Art. 268 del precitado texto legal, o sea, que un “cachete moderado” esta o estaba dentro de la mas pura y estricta legalidad.
A tenor de los requerimientos del Comité de los Derechos del Niño, que ha indicado en innumerables ocasiones que la facultad de corregir moderada que se reconoce a padres y tutores pueda contravenir el Art. 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño, nuestro Congreso se ha buscado una disposición Adicional a la Ley de Adopción Internacional para modificar lo indicado en los precitados artículos, o sea, que cumplir con la Convención de Derechos obliga a la desaparición de la corrección moderada que hasta el 28 de diciembre del año pasado tenían reconocida.
Pertenezco a una generación que no se lamentaba de los castigos escolares, porque si se enteraban los progenitores te caía otro, (con ello no intento dar a entender que fuera mejor que ahora) haciendo alusión al ya famoso y comprometido Juez Calatayud de Granada, si no te gustaba la sopa al mediodía pues para la noche, si te negabas al jarabe, se te suministraba con jeringuilla, ahora se debe “negociar” para buscar una solución equilibrada para ambas partes, o sea que si no quiere la sopa, pues se le fríe una hamburguesa o se le pide una pizza, si la criaturita insiste en meter los dedos en el enchufe y en evitación de violar sus derechos reconocidos por la Convención de forma dictatorial y traumática, hay que explicarle los efectos nocivos de la energía eléctrica, que esta es calor y potencia, hay que explicarle a la criaturita que el julio es una unidad de trabajo, de energía y de cantidad de calor desprendido, y que equivale a la fuerza de un newton cuando el objeto al que se aplica dicha fuerza se desplaza un metro, Hay que contarle quienes era Newton, Joule, Kelvin, todo ello en base a su formación integral y si el niño insiste en meter los deditos después de tanto argumento es preciso acudir a un psicólogo por si tiene traumas o si nuestra insistencia puede causarle alguno. Y si falla todo, pues... llamar a ¿nani? de la tele para que venga a casa y ponga orden y paz, que se entere todo el mundo que tenemos en casa a un fulano/a que actua como la niñita del exorcista, ¡¡¡ya tiene coña, ya!!!
En una palabra, que te sale un crío con conocimientos legales y te arruina de por vida, hoy, hay menores que se las saben todas, hay ocasiones en que asombra la facilidad que tienen para revelarse y exigir o simplemente mandar a la puñetera mierda a sus padres. Los progenitores pues… hemos aprendido a reírles las gracias, "son cosas de juventud, ya cambiara" y así nos va, y así nos ira.
No estaría de más y hablando de tantas leyes y obligaciones que de una puñetera vez se impriman tarjetas y se les entregue a los críos en los colegios y universidades con el simple contenido y exposición del Art. 155 del Código Civil. “Los hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad y respetarles siempre.Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras vivan con ella” , no se, si el precitado artículo esta derogado por alguna otra disposición adicional o de acompañamiento, quizás por recomendación de alguna “convención”, o simplemente a prescrito por caer en desuso.

Os recomiendo la lectura de: Reflexiones de un juez de menores de Emilio Calatayud. Edi. Dauro.