SEMANA SANTA
Con el Domingo de Ramos se inicio el tiempo de penitencia, son días de recogimiento donde se nos recuerda el camino de la Cruz, hubo un tiempo en que se vivía la Semana Santa con pena, no se si impuesta o en cierto modo porque eran otros tiempos, recuerdo que mi padre dejaba por unos días su partida de domino de las tardes, por otra parte mi madre se dedicaba a pasar horas en la cocina preparando empanadas, dulces y condimentos que (eso si era penitencia) solo podíamos degustar el Domingo de Resurrección, recuerdo los billares tapados con telas negras y sobre las mismas los palos formando un macabra X, la radio emitiendo música sacra, misas y narrando profesiones, los cines con películas ya tradicionales Ben Hur, Fray Escoba, Marcelino Pan y Vino, los Diez Mandamientos, de hecho fue viendo por enésima vez esta última, cuando me saltaron la dudas en cuanto al bienhechor de Moisés, no entendí que tenia de bueno el cargarse a la totalidad del ejercito del faraón ahogando a miles de padres de familia, o las plagas con las que puteo de tan mala manera al pueblo llano y raso que habían osado enfrentarse al poder “misericordioso” del pueblo elegido, tampoco podía creer que el pueblo eligiera salvar la vida de Barrabas antes que la de Jesucristo, hoy con los años si lo entiendo, si dieran a elegir entre Marie Curie o la Esteban , ya os podéis imaginar quine se salva, porque ¿quien puñetas es la Curie?. Lo cierto es que eran unas fiestas un tanto aburridas y mas cuando no podías comer ni ver ni hacer lo que te apetecía, porque si hay algo que causa verdadero deseo es precisamente lo prohibido.(De ahí la penitencia).
Hoy nos quedan las procesiones, viendo en Sevilla a las señoras (esposas de los señoritos) pasearse con la peineta a cada cual mas elegante y presumida y muchos pagar la cuantiosa reserva en los bancos situados junto a la Catedral como lugar de señorío privilegiado, o asistiendo (después de toda una larga noche de tapeo y caña) de madrugada a la bajada del Cristo de los Gitanos en Granada. Las procesiones en el fondo se han convertido en una tradición y otras en puro folklorismo con intentos de piedad, llanto y sacrificio, incluso se llega a competir entre cofradías, la que queda mejor, la que da mejor el paso, la mas garbosa, la de mas penitentes, como si de una competición y encuentro anual se tratara, ya van hasta las mamas con los cochecitos.
Que cada uno viva estos días como le de la gana, lo importante es que los disfrutéis y que eso si, si tenéis un momento, rememoreis la Pasión y su significado como un sacrificio, como una entrega, quizás hayamos perdido o vayamos perdiendo la Fe, pero no dejemos de creer en los buenos ejemplos, al fin y al cabo han pasado mas de dos mil años y nunca se ha apagado la llama del mensaje que en su día se nos brindo, será por algo ¿o no?.